El pasado 15 de agosto de 2017, el Papa Francisco publicó su mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2018. El obispo de Roma propuso cuatro acciones (ACOGER, PROTEGER, PROMOVER E INTEGRAR)
que nos pueden servir a todos en la atención a los hermanos que tocan a nuestra puerta o extienden la mano para pedirnos un poco de ayuda.
La responsabilidad de atender a los migrantes, la Iglesia católica la comparte con
todos los creyentes y personas de buena voluntad. Pues el forastero, dice el
Papa, “es una ocasión de encuentro con Jesucristo que se identifica con el
extranjero en cualquier época de la historia”
ACOGER. En el escenario actual, acoger significa ampliar las posibilidades
para que los emigrantes y refugiados puedan entrar de modo seguro y legal a
los países de destino. Señala Francisco que “sería deseable un incremento y
simplificación de la concesión de visados por motivos humanitarios y por
reunificación familiar”. El Papa Francisco advierte que “las expulsiones
colectivas y arbitrarias de emigrantes y refugiados no son una solución idónea,
sobre todo cuando se realizan hacia países que no pueden garantizar el
respeto a la dignidad ni a los derechos fundamentales”
PROTEGER. La acción de proteger, “se conjuga con toda una serie de
acciones en defensa de los derechos y de la dignidad de los emigrantes y
refugiados, independientemente de su estatus migratorio”, señaló. El migrante
es una persona donde quiera que se encuentre por lo mismo tiene una
dignidad y merece respeto y atención. La protección del que emigra, señaló el
Papa, debe empezar en el propio país de origen y continuarse en el lugar a
donde se inmigra.
PROMOVER. Esta tercera acción propuesta por el Papa Francisco se refiere a
“trabajar con el fin de que a todos los emigrantes y refugiados, así como a las
comunidades que los acogen, se les dé la posibilidad de realizarse como
personas en todas las dimensiones que componen la humanidad querida por el
Creador”. Una tarea importante en esta acción recomendada por el Papa
Francisco es el reconocimiento de la dimensión religiosa, garantizando a todos
los extranjeros presentes la libertad de profesar y practicar su fe. El fenómeno
migratorio debería ser una oportunidad de integración y no un problema de
exclusión o de rechazo.
INTEGRAR. La presencia de emigrantes es siempre una oportunidad de
enriquecimiento intercultural. Esta cuarta acción no significa suprimir, olvidar o
negar la propia identidad cultural sino aprender a descubrir y valorar las
riquezas de los demás. Cada cultura tiene valores propios que es necesario
reconocer y apreciar. Se trata de favorecer la cultura del encuentro intercultural
donde no existen culturas superiores sino diferentes y donde se descubren y
valoran las riquezas que existen en los demás. Desde luego el inmigrante, en
este proceso de integración debe aprender a respetar las leyes y las normas
propias de la cultura donde se inserta.
El Estado de Veracruz es un lugar donde el fenómeno migratorio es una
realidad permanente, es un lugar no sólo de paso sino incluso de destino.
Frecuentemente los migrantes atraviesan nuestro territorio, muchas personas que van en
búsqueda del sueño americano, que por desgracia no siempre lo logran y no
siempre lo alcanzan en las condiciones que se debiera. Lamentablemente la
vida del migrante está marcada por mucho sufrimiento y son objeto de todo tipo
de agresiones y de injusticias.
La Iglesia católica trata de responder a esta situación a través de la pastoral de
la movilidad que promueve corredores humanitarios donde los hermanos
migrantes pueden encontrar una casa donde pasar la noche, recibir un plato de
comida caliente y un lugar donde descansar para recuperar las fuerzas de su
largo peregrinar.
No olvidemos que todos somos migrantes en diferentes etapas de nuestra vida,
de hecho ni siquiera este mundo es nuestra morada definitiva, uno tiene que
dejar su tierra y su patria para estudiar, trabajar o servir a los demás. La
experiencia de migración nos hace sensibles con nuestros hermanos que hoy
en día están en camino buscando condiciones mejores de vida.
Pbro. José Manuel Suazo Reyes
Director
Oficina Comunicación Social
Arquidiócesis de Xalapa
Mirar al migrante desde la cultura del encuentro: Arquidiócesis de Xalapa
Lugar:
Xalapa, Ver.
Fuente:
Crónica del Poder