Pues nosotros desearíamos que haya una disposición correcta, de madurez política, para competir, que se anteponga el interés y el nombre de Veracruz seriamente lastimado desde hace varios años en la imagen nacional, y se eviten escándalos que mermen aún más sus posibilidades turísticas, empresariales, culturales. Que no se «rompan» ni el tejido político ni el social. Que quienes participen lo hagan conforme al sentimiento nacional que priva entre la mayor parte de la ciudadanía a raíz de muchas cuestiones anteriores, pero en especial a raíz de los sismos de septiembre y la desgracia que provocaron a miles de mexicanos. Que se actúe a la altura de lo que esperan los electores, porque ellos van a decidir en el 2018.