El presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín, aseguró que existe un ambiente optimista de cara a la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), además de que hay consenso entre las bancadas para que el costo de la reconstrucción de las zonas afectadas por los sismos no sea una herencia para las próximas generaciones.
Señaló que a partir de ahora inicia una etapa para escuchar todas las voces, establecer un diálogo abierto y por el imperio de la racionalidad, con el fin de aprobar un Presupuesto 2018 acorde a las demandas de la sociedad.
“Vamos a escuchar a todos, habrá un diálogo fructífero, y al igual que con la Ley de Ingresos, demostraremos que los Diputados sabemos ponernos de acuerdo y llegar a consensos. Hay que recordar que el año pasado el presupuesto se aprobó diez días antes de la fecha establecida, por lo que hay confianza en que este año saldrá en tiempo”, detalló.
El diputado presidente consideró que bajo las presiones que existen en el gasto público, resulta pertinente y responsable la desaparición del Fondo para el Fortalecimiento de la Infraestructura Estatal y Municipal (Fortalece), lo que no significará que los diputados puedan seguir haciendo gestiones para que se atiendan los asuntos prioritarios de sus distritos.
“Se plantea que no se le asigne ningún recurso al Fortalece, lo que no sólo es un acto de responsabilidad ante los retos presupuestales que enfrenta el país, sino que también obedece a un ejercicio de transparencia y a mejorar la rendición de cuentas a la ciudadanía”, señaló.
Ramírez Marín confió que las discusiones en San Lázaro se realizarán con “plena convicción y certeza de que ningún despropósito nos aleje de los fines para los que hemos sido designados”.
La pluralidad con la que hemos conducido los debates en las sesiones previas, como en la que se aprobó la Ley de Ingresos, debe ser la constante de todas las sesiones por venir, pues “aunque estemos en un año electoral, destacó, los diputados no debemos ceder a la tentación de buscar una rentabilidad electoral”.