Lugar:
Fuente:
La Jornada

Es necesario fortalecer a los centros públicos de investigación y a las instituciones de educación superior en todo el país, señalaron titulares de instancias académicas al participar en el encuentro “Hacia la Consolidación y Desarrollo de Políticas Públicas en Ciencia, Tecnología e Innovación”, convocado por la UNAM.

En el evento, presidido por el rector Enrique Graue Wiechers y que tiene como objetivo construir una agenda nacional en torno al tema, Tonatiuh Bravo Padilla, rector general de la Universidad de Guadalajara, expuso que en promedio los países de la OCDE destinaron 2.38 por ciento de su PIB a actividades de investigación y desarrollo (2014). Corea del Sur invierte 4.23 y México 0.54.

En México graduamos a poco más de 7 mil doctores y Brasil a más de 18 mil. “Tenemos que remontar este déficit, pero no sólo en número, sino en las áreas que se requieren”, subrayó.

En la Unidad de Seminarios “Dr. Ignacio Chávez”, resaltó que a ello se suma que el número de programas del padrón nacional de posgrado de calidad no ha crecido con la misma dinámica que en años anteriores, “y eso puede ser preocupante, sobre todo si la mayoría de doctorados se ubican en el centro del país, y si vemos el porcentaje de programas que son de competencia internacional”.

Han crecido los miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), pero es una realidad que la mayoría se centra en la zona metropolitana del Valle de México, y eso es un impedimento para que haya un avance equilibrado a nivel nacional. “Abogo por el federalismo en la inversión en ciencia y tecnología, pues 39.4 de los miembros del SNI se encuentra en la ciudad y el Estado de México”.

Bravo Padilla afirmó que si no crea una secretaría de educación superior, ciencia, tecnología e innovación, tendremos dificultades estructurales para la gestión del sector.

José Luis Morán, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, resaltó la importancia de la ciencia básica. Sin ella, “no hay nada que aplicar: pugnamos porque haya un fondo específico y mayor para ese rubro”.

Asimismo, recalcó la trascendencia de la participación de los académicos en la solución de problemas nacionales, y la necesidad de fortalecer en todo el territorio a los centros públicos de investigación y a las instituciones de educación superior.

“Debe haber apoyo a escala nacional para que las entidades se desarrollen y aprovechen la situación geográfica que tienen. Eso permitirá un avance más acelerado y que la nación se desarrolle como conjunto”.

Víctor Gutiérrez, del Consejo Coordinador Empresarial, sostuvo que es preciso ver a la innovación como una fuente de energía que contribuya al crecimiento económico, pero también a aprovechar el conocimiento científico, a generar más investigación, a crear más empleos y nuevos tipos de empresas.

“Hemos enfatizado las políticas públicas en resolver fallas del mercado, pero ahora hay que ampliar esa lógica para desarrollar nuevos mercados, así como continuar con los esfuerzos de incorporar maestros y doctores a la industria, y más investigadores al sector productivo”.

En su oportunidad, David Garza, rector del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, expuso que para tener más universidades dentro de las mejores 300 del mundo, se debe atraer el talento del extranjero, con experiencia, con capital relacional y con capacidad de desarrollar grupos de trabajo.

“Es necesario promover que nuestra industria se vuelva el actor principal de la economía del conocimiento, a través de incrementar los estímulos fiscales para que aumente la inversión privada en ciencia, tecnología e innovación”.

En tanto, el coordinador del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, José Franco, hizo un balance de los avances que el sistema científico nacional tuvo a partir de la elaboración de la agenda del sector en el año 2012. De 76 propuestas relevantes planteadas en el documento, 18 fueron atendidas y 28 atendidas parcialmente; es decir, dos terceras partes tuvieron un grado de cumplimiento.

Destacó que se haya logrado la creación de la Coordinación de Ciencia y Tecnología en la Oficina de la Presidencia y que se estableciera una reunión anual con el Ejecutivo para discutir el desarrollo del sector.

“Tenemos el futuro en nuestras manos; lo que se ha logrado es producto del trabajo de la comunidad y lo que se logre será resultado de lo que se plantee, no de la buena voluntad de los tomadores de decisión en los diferentes niveles”, aseveró.