Fue un adelantado a su tiempo. A principios del siglo XX, el científico Albert Einstein formuló la teoría de la relatividad formada por la teoría de la relatividad espacial y de la relatividad general. Con ella pretendía resolver la incompatibilidad existente entre la mecánica de Newton y el electromagnetismo. No fueron pocos los que cuestionaron la validez de esta hipótesis, pero ahora el microsatélite Microscope le ha dado la razón.
La agencia espacial francesa CNES ha presentado este lunes los primeros resultados de la misión lanzada en abril de 2016, cuyo fin era probar que todos los objetos caen a la misma velocidad independientemente de su masa.
Un principio ya formulado por Galileo Galilei en el siglo XVII después de observar lo sucedido al lanzar objetos de distinta masa, tamaño y forma desde la torre inclinada de Pisa. Comprobó que el tiempo en descender era el mismo y también que se aceleraban durante la caída. Además, todo objeto arrojado compartía la misma rotación que la Tierra al tiempo que los planetas giraban alrededor del Sol en un movimiento circular dentro de la misma órbita.
Un principio que no le terminaba de encajar en Einstein, quien sospechaba que la gravedad distorsiona el espacio y el tiempo, y esto es lo que provoca que dos cuerpos caigan con la misma aceleración. De ahí nació la famosa teoría de la relatividad, la cual ahora ha sido refutada por un satélite francés.
Durante su misión en el espacio exterior han podido comprobar lo que ocurre con la caída libre de objetos en el espacio relacionando la masa inercial con la masa gravitacional. Observando la cantidad de fuerza necesaria para acelerar y su respuesta a un campo gravitacional se observa que los objetos caen a la misma velocidad en el vacío, eliminándose la resistencia del aire.
El microsatélite lleva un instrumento con dos masas cilíndricas de composición diferente, una de platino y otra de titanio. En un año de misión, Microscope midió su trayectoria de caída con una precisión extrema de 1900 órbitas de datos científicos, una distancia equivalente a la mitad de la distancia entre la Tierra y el Sol.
Si el principio de equivalencia es verdadero, los dos cuerpos no se moverán al caer con la misma aceleración. En cambio, si se viola este principio, cambiarán las masas al tener diferente composición atómica. Al no producirse ningún cambio, se confirma que Einstein estaba en lo cierto al formular la teoría de la relatividad.