«En las precampañas políticas, los mensajes de odio e insultos, basado incluso en mentiras, han comenzado a opacar los argumentos. Ante la opinión fundamentada, llueven los agravios y descalificaciones de quienes piensan diferente. Más aún, los mismos «influencers» usan improperios, burlas sobre cuestiones físicas y descalificaciones. En este proceso electoral, la redes sociales parecen convertirse en el campo de la ofensa. Ojalá y ese ánimo no trascienda a otros espacios, y los candidatos no caigan en las inercias, por el contrario, colaboren en apagar o reducir esa tendencia». Lo publican en ¿Será? de «24 Horas».