Se acerca el año nuevo y las doce campanadas del 2018, pero antes de eso en Veracruz se recuerda una tradición que nació a raíz de una protesta social.
En 1875 unos jornaleros protestan a la Puerta del Muelle con objetos metálicos como tapas y latas, directivos y personal de la Aduana se repartían el botín que llegaba en los barcos pero a ellos no les tocaba nada; el líder de los jornaleros es llevado preso pero logran liberarlo.
En 1876 volvieron a realizar la protesta y llevaron el escándalo a los barrios donde vivían patrones y empresarios, para quitárselos de encima les daban dinero o alguna botella de vino.
Año con año empezaron a realizar la protesta que se combinó con el ambiente bullanguero de Veracruz, se transformó y nació una tradición.
La tradición del viejo se canta por las calles de Veracruz aunque con el tiempo se ha ido perdiendo, es lo que comentó Juan Quino Torres.
“Anteriormente eso era lo divertido, lo bonito”.
Señaló que la tradición se pierde a nuevas costumbres que llegan de otros países.
Por su parte Manuel Mendiola Villarin comentó que la tradición se pierde porque los adultos ya no la se transmiten a las nuevas generaciones.
“El viejo es una tradición del puerto y de muchos lugares aledaños a Veracruz pero, ¿qué es lo que sucede? Se pierde la tradición porque los adultos no hemos tenido la curiosidad por decirlo así, de enseñarle a los que vienen detrás de nosotros las tradiciones”.
En la zona baja del río Tesechoacán existe un municipio llamado José Azueta, aquí la tradición prevalece con una variante en el ritmo.
“Por allá es costumbre, todavía hasta después de Reyes se sigue cantando”.
Alberto Santiago coincide en que es una tradición que poco a poco se pierde.
“La tradición es muy bonita pero como ya ahorita la verdad se está perdiendo y no es como antes, lo que falta es que los padres, la familia les den para que siga la tradición”.
La señora Alicia explica en que consiste esta tradición.
“A mi me divierte mucho ver a los hombres, a los caballeros que se disfrazan de mujer, bailando”.
Aunque la tradición poco a poco se pierde aún quedan algunas personas que no dejan que muera.