La tumba en la iglesia del Santo Sepulcro, donde según la creencia católica, fue enterrado Jesucristo, es mucho más antigua de lo que se pensaba hasta ahora. En el estudio, publicado en exclusiva por la revista National Geographic, se revela que la supuesta tumba de Jesús data de alrededor del año 345 d.C., según hallazgos de arqueólogos griegos, logrados a través del método de datación óptica.
Los análisis que se llevan realizando desde hace meses sobre los restos de una cueva de piedra caliza en la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, ratifican así la histórica creencia de que los romanos construyeron el monumento 300 años después de su muerte.
Así, aunque según el Nuevo Testamento, Jesús de Nazaret fue crucificado en Jerusalén en el año 30 o 33 d.C., los nuevos datos muestran con certeza que la construcción original de los aposentos de la tumba actual tuvieron lugar en la época del primer emperador romano cristiano, es decir, Constantino I o Constantino el Grande.
Precisamente por orden de este emperador romano -ya bautizado al cristianismo-, se destruyó entre los años 325 y 326, el templo pagano que acogía la zona (un templo de Venus orquestado por el emperador romano Adrián), edificándose en su lugar la conocida como Iglesia del Santo Sepulcro o iglesia de la Resurrección en la ciudad de Jerusalén. Por encima de la iglesia se construyó una pequeña capilla, Cuvuklia. Sin embargo, en 1009, durante la invasión de los musulmanes, ambos edificios, templo y capilla fueron destruidos por orden del fanático califa de Egipto al-Hakim bi-Amr Allah, echando abajo no solo esta sino las iglesias de Palestina, Egipto y Siria.
En 1042-1048 fue reconstruida y posteriormente renovada por los cruzados. La capilla tendría que esperar unos siglos más en volver a ver la luz. Fue en 1555 cuando los monjes franciscanos decidieron reconstruyeron Cuvuklia. La última restauración tuvo lugar a principios del siglo XIX, tras un incendio que se produjo en la iglesia.
Una alianza con la Universidad Técnica Nacional de Atenas y la National Geographic Society arrancó en 2016 con el desmontaje del sepulcro, abriéndose por primera vez en siglos la tumba. Los investigadoresdescubrieron sorprendidos una segunda losa de mármol rota, más vieja, incrustada con una cruz (símbolo de los cruzados), apoyada directamente sobre la superficie de caliza original del «lecho funerario». Gracias a la datación óptica, expertos de dos laboratorios independientes han determinado la edad exacta del material, fechándolo alrededor de 345 d.C.