Con música, color y fiesta, más de mil 500 chuntaes, hombres vestidos como mujeres, dieron inicio con su danza a la Fiesta Grande de Chiapa de Corzo, en el estado mexicano de Chiapas, siguiendo así una tradición transmitida de generación en generación.
Como todos los años, centenares de hombres chiapacorceños recorren las calles del pueblo con la llamada danza de los chuntaes, donde bailan como anuncio del inicio de las festividades de enero, que durante 16 días visten de colores, música, alegría y religiosidad ese pueblo mágico ubicado en el sureste del país.
La Fiesta Grande se celebra en honor al Señor de Esquipulas y de dos santos del Catolicismo, San Antonio Abad y San Sebastián Mártir, y se llevan a cabo del 8 al 23 enero.
Los chuntaes son hombres de distintas edades que se visten personificando a mujeres y recorren bailando las principales calles de la localidad.
Su nombre proviene de un término de la lengua chiapaneca que significa sirviente y surge de las leyendas orales que van pasando de padres a hijos.
Gerardo Madrigal Nigenda, historiador de Chiapa de Corzo, explica a EFE que, de acuerdo con lo que relatan los habitantes, “los indígenas zoutones se disfrazaban de mujeres para salir a trabajar, a laborar, para no ser sometidos por los españoles, y asimismo regresaban disfrazados de mujer a sus casas”.
La tradición luego surgió como agradecimiento a las bondades que otorgó al lugar María de Angulo, una mujer española que en la época colonial ayudó al pueblo a salir de la hambruna.
En esta fiesta multicolor puede danzar quien lo desee, y hay personas que recorren kilómetros para estar puntuales en esta cita que une a familias y amigos.
Es el caso de Reinaldo Gomez, quien después de sus actividades profesionales salió a celebrar el inicio de las fiestas, que terminan con la llamada bajada de los carros.
“Para nosotros los chiapacorceños es muy grato, nos llenamos de emoción, llevo 18 años interrumpidos saliendo todos días en la Pandilla de Jerry el Chuntá”, señaló.
Obdulio Zebadua, otro de los danzantes que participa en la celebración desde hace 20 años, comentó que para él es emocionante estar con sus amigos y “poner en alto a Chiapa de Corzo y al estado de Chiapas”.
La danza se rescató hace 39 años y abre unas fiestas que están entre las más populares en la región, tanto para locales como para extranjeros.
El chuntá porta en la cabeza una canasta de fibra natural o bambú adornada con banderas de papel de colores, viste enaguas grandes de diferentes tonos y una blusa blanca bordada en listones de colores fuertes, en donde resalta el amarillo, azul y rojo.
En su mano llevan un chinchín o sonaja que suena durante su recorrido por las calles, los barrios, templos y casas de la ciudad.
Mientras danzan los chuntaes, la multitud sigue la comparsa al son de la música y la algarabía de la quema de cohetes y juegos artificiales.
El recorrido comienza a partir de la tarde del 8 de enero, cuando las calles se encuentran abarrotadas por miles de chiapanecos y visitantes, en espera del paso de los danzantes y no perder ningún detalle de la fiesta.