Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México anunciaron hoy el hallazgo del resto de maíz más antiguo encontrado hasta la fecha en el noroeste de México, mismo que se localizó en el norte del estado de Sonora.
En un comunicado, el INAH detalló que el maíz, elemento fundamental de la cosmovisión de los pueblos indígenas de México, fue fechado en 4299-4142 años antes del presente.
En septiembre de 2017, una cúpula de maíz obtenida de un horno prehispánico, hallado en un perfil de más de metro y medio de profundidad, en el sitio arqueológico La Playa, en el norte de Sonora, resultó ser el más temprano encontrado en el noroeste de México.
Lo anterior ocurrió luego de que en los últimos 15 años los arqueólogos Guadalupe Sánchez Miranda y John P. Carpenter, del INAH, en el estado de Sonora, han excavado aproximadamente 80 hornos de tierra hallados en el sitio arqueológico.
Los hornos de La Playa son hoyos hechos en el suelo que utilizaron piedras ardientes para cocinar alimentos. Su tamaño es variable: miden de medio a un metro de profundidad y pueden tener de un metro a varios de diámetro.
Los restos botánicos recuperados en ellos han sido analizados en laboratorio con la técnica de flotación: en arqueología consiste en sumergir la tierra recolectada de las excavaciones en cubetas de agua para que la materia orgánica carbonizada flote.
Con el microscopio, se identifican las especies de semillas, tallos y demás partes de plantas presentes.
Después de procesar cientos de litros de agua con tierra, una de las materias que flotó resultó ser un fragmento de maíz, que una vez fechado por carbono 14, resultó ser el más temprano.
Sánchez explicó que La Playa es un sitio arqueológico complejo para su estudio, pero en los últimos 10 años trabajan en él, equipos interdisciplinarios que cuentan con la participación de edafólogos y geólogos. Estos analizaron los diferentes sedimentos y corroboraron suelos de 5 mil años de antigüedad.
Un dato que destaca la arqueóloga es que en La Playa no se han obtenido registros de formación de suelos entre 5 mil y 8 mil años, seguramente porque fue un periodo de mucho calor y poca lluvia, conocido como altitermal.
Una época seguramente tan inhóspita para la supervivencia humana en el desierto de Sonora, que los grupos de cazadores-recolectores tuvieron que abandonar su hábitat: en ese momento comenzó el proceso que introduciría el cultivo de maíz.
Sánchez Miranda y Carpenter Slavens proponen que del norte de Jalisco hacia Sinaloa, Sonora y hasta Arizona, hace por lo menos 5 mil años se abrió un corredor cultural de gran relevancia que facilitó el intercambio de ideas e insumos entre los grupos prehispánicos de habla yuto-azteca, de quienes descienden los actuales pápagos, pimas, tepehuanos, tarahumaras, guarijíos, mayos, yaquis, coras y huicholes, en la división sonorense o mexicana.
La fecha más temprana en México de un macro resto de maíz, le corresponde a unos olotes de la cueva de Guilá Naquitz, en Oaxaca, fechados en 6250 antes del presente; seguidos por unos olotes datados en 5300-5040, recuperados de la Cueva de San Marcos, en Tehuacán, Puebla. Después están las cúpulas obtenidas en La Playa, Sonora.
Aunque el maíz permitió a los grupos del desierto asegurarse de comida durante el invierno debido a que los olotes secos se podían conservar por tres o cuatro meses, las plantas silvestres del desierto permanecieron en la base alimenticia de esos pueblos: dentro de los hornos se han hallado en mayor cantidad semillas y restos calcinados de mezquite y diversas cactáceas, como la biznaga, explican los arqueólogos.
A diferencia de Mesoamérica, donde el maíz se ha considerado el alimento principal, en el norte de México fue un complemento en su dieta de recolección y caza, concluyeron Sánchez y Carpenter.