«Una de las meretrices más famosas y poderosas desde la época revolucionaria fue Graciela Olmos conocida como «La Bandida». Tenía una mansión, parecida a un palacete, con un amplio salón en el que se reunían las hetairas. Se casó con el maestro José Hernández alias «El Bandido», quien era de los hombres cercanos de Francisco Villa. Ella se fue de soldadera con él, de ahí el mote de «La Bandida». A Graciela le gustaba cantar y compuso varios corridos como «El 7 Leguas», que le dedicó a Villa. A Don Adolfo Ruiz Cortines le compuso unas estrofas: «Ya no puedo con la ley de la Mordaza. Voy a empezar a abrir la boca. Y a ver qué cabrones pasa». En la CDMX se relaciona con «la Banda del Automóvil Gris» y su amigo el general Garcés se convierte en su protector». Es parte de lo que publica Gustavo Avila Maldonado. Foto de «Sin Embargo».