La educación es un motor de desarrollo y de equidad social, no sólo en México sino en toda Iberoamérica; por ello, debemos pugnar para que la cobertura en el nivel superior crezca por arriba de 50 por ciento, urgió el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, a sus homólogos de la región.
Al elevar su nivel educativo, los jóvenes tienen mejores ingresos; hay mayor capacidad de desarrollo social y más posibilidades de entendernos y tolerar las diferencias y diversidades, dijo en el décimo primer Congreso Internacional de Educación Superior, organizado por la Universidad de La Habana, Cuba.
“La educación redunda en mayor seguridad, en más posibilidades de vivir en un mundo sustentable; en mayores capacidades para desarrollarnos como nación y tener un futuro más equitativo y justo”, expuso al dictar la conferencia “La educación superior y media superior en la Agenda 2030”, de acuerdo con información de la UNAM.
En México, prosiguió, la tasa de cobertura en educación superior es de 37.3 por ciento, y 71 por ciento de la matrícula es atendida por la educación pública, y para alcanzar la meta de 40 por ciento de cobertura se requiere crear 250 mil nuevos lugares cada año.
Ante rectores de Iberoamérica, Graue Wiechers indicó que en nuestro país sólo 21 por ciento de adultos de entre 25 y 34 años cuenta con educación superior, mientras que el promedio entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es de 42 por ciento, y en Corea del Sur de 69 por ciento.
Es necesario, destacó, tratar de que se invierta más en educación superior y que las universidades tengan clara su función social, sin dejar por ello de mejorar la calidad educativa y fortalecer la investigación e innovación.
Estas instituciones, como generadoras de conocimiento, son detonantes del desarrollo, cuna de nuevos científicos y sus indagaciones están encaminadas a resolver los problemas de la sociedad.
De igual manera, añadió Graue, “necesitamos adaptarnos rápidamente a las demandas de la sociedad del conocimiento y de las tecnologías educativas. Debemos alinear nuestros objetivos con los del desarrollo sostenible”.
El desarrollo sostenible en la Agenda 2030 plantea trabajar por una vida saludable, a favor de una educación inclusiva y de calidad; por la equidad de género y el fomento a la innovación, así como por la reducción de la desigualdad y la construcción de sociedades pacíficas, tolerantes e incluyentes.
“Ante la desigualdad de oportunidades y desequilibrio de la riqueza, se requiere educar con aprendizajes significativos, preparar profesionistas creativos e innovadores. Frente a la intolerancia y fobias raciales o religiosas, es preciso reforzar la educación en humanidades y ciencias sociales, educar en la diversidad y la tolerancia”, subrayó.
Finalmente, el rector de la UNAM resaltó la necesidad de educar con información adecuada, actualizada y pertinente, frente a la magnitud de información existente. De cara a los cambios demográficos y urbanos que afligen al planeta, es urgente hacerlo en la sustentabilidad.