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EFE

En las últimas décadas se han ido publicando cada vez más artículos científicos que desmontan la idea de los neandertales como especie burda e inferior a la nuestra y hoy, según expertos consultados por Efe, se ha superado una de las últimas barreras: los neandertales sí fueron capaces de hacer arte.

La revista Science publica un artículo que demuestra que los neandertales desarrollaron las manifestaciones simbólicas de las cuevas de Ardales (Málaga, sur), Maltravieso (Cáceres, oeste) y La Pasiega (Cantabria, norte), lo que seguro fomentará la discusión científica.

En concreto, los investigadores, liderados por Dirk L. Hoffmann, del Instituto de Antropología Evolutiva Max Planck (Alemania), describen una serie de dataciones que retrasan hasta cerca de los 66 mil años la antigüedad de las pinturas de estas tres cuevas, lo que las convierte en las más antiguas conocidas hasta el momento en el mundo, y atribuyen su autoría a los neandertales.

Antonio Rosas, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, explica que en las últimas décadas se han ido aceptando una serie de habilidades que al principio solo se atribuían al Homo Sapiens: ornamentación corporal, división de tareas por sexo o conocimiento de las cualidades medicinales de las plantas.

Ahora, en esta lista se incluye una más, el arte: los autores de estos artículos defienden de manera “argumentada y sólida” que los neandertales produjeron manifestaciones simbólicas en forma de pintura en las paredes, señala Rosas, quien se resiste a denominarlas manifestaciones artísticas.

“Ya no queda nada evidente que nos diferencie de los neandertales, desde el punto de vista de las manifestaciones básicas de los Homo Sapiens”.

Aún así, Rosas recalca que el artículo de Science reposa en la datación de unas pinturas y a partir de ahí deduce conclusiones.

El método usado es el de Uranio-Torio, basado en la desintegración radiactiva del uranio de las costras de calcita asociadas a las pinturas, un método reconocido y validado en los estándares científicos, apunta Rosas, para quien serán necesarias “evidencias más directas” con representaciones en otras cuevas y mismas dataciones.

Juan Luis Arsuaga, codirector de las excavaciones de Atapuerca (Burgos, norte), asegura estar “totalmente de acuerdo” con lo que sus colegas defienden: los neandertales fueron capaces de hacer un arte no figurativo.

“Yo mismo he excavado un yacimiento en Asturias (norte), la cueva del Conde, en el que hay unos signos, unas líneas grabadas verticales y horizontales, que, si bien no se pueden datar porque no tienen una costra de calcita gruesa, sí creo que son de neandertales”.

No obstante, según Arsuaga, los Homo Sapiens hemos ido más lejos: cuando aparece en Europa el gran arte en forma de pinturas de animales o de estatuillas, los neandertales ya se habían extinguido.

“La gran duda es si estos habrían hecho este gran arte, si los neandertales habrían llegado a pintar bisontes; yo creo que no, que nosotros somos más simbólicos”.

También se publica otro artículo en Science Advances, asimismo liderado por Hoffmann, que ofrece una antigüedad de 115 mil años para las conchas pintadas y perforadas del yacimiento de la cueva de los Aviones (Murcia, sureste), que podrían estar vinculadas con decoraciones corporales empleadas por neandertales.

Para Rosas, lo que viene a decir este trabajo es que las manifestaciones simbólicas “no son flor de un día, sino que su raíz es más profunda, no se desarrollaron al final de los neandertales”.

Los autores del artículo proponen que esas cualidades humanas se desplegaron en el último antepasado común de neandertales y sapiens hace al menos medio millón de años y a partir de ese antepasado los dos linajes habrían fomentado esas potencialidades humanas, una aseveración que comparte Arsuaga.

Sin embargo, hay otra interpretación, y con esa está más de acuerdo Rosas: que las cualidades de pensamiento simbólico aparecieran independientemente en una y otra especie, como una evolución convergente.