«Cerca del dentista Zamudio y de Bomberos, en la Avenida Orizaba de Xalapa, se encuentran doña Ana Rosa y su esposo Walfredo, en su Fonda «La Casita», donde se hacen los huevos revueltos a la mexicana más sabrosos de la tierra. Ella, de 77 años, cocina. Y el de 82, hace los mandados. Ejemplo para muchos. Que Dios los cuide». Lo escribe Gilberto Haaz Diez en sus «Acertijos».