«Es evidente que Lorenzo Córdova como presidente del INE miró hacia otro lado en las irregularidades del PRI en la elección del Estado de México. Con Coahuila el contraste fue dramático. Córdoba pareció embarcarse en la obsesión de anular la elecciones a gobernador. Ese parece ser el principal problema de Córdova Vianello: su afán de notoriedad. Ahora, tendrá que elegir entre defender al INE como un estricto juez de cara a todos los actores, incluido el Presidente EPN, e incluso apartarse del mareo de colaboradores que ya lo promueven para ser Presidente de la República en 2024». Lo comenta Roberto Rock en «El Universal» de Ealy Ortiz.