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Excélsior

Después de conservar más de 80 años en la colección familiar la pintura Los rivales de Diego Rivera, los Rockefeller venderán el óleo en cinco millones de dólares. La obra fue una comisión directa de Abby Aldrich, esposa del empresario John Rockefeller, en 1931 y tras el conflicto por la censura del mural El hombre en la encrucijada en el Centro Rockefeller, ella guardó la pieza en su casa como recuerdo de su corta amistad con Rivera.

Un año después de la muerte de David Rockefeller, hijo de Abby Aldrich, la obra se ofrecerá en la subasta de la colección de Peggy y David Rockefeller, que se realizará hoy y mañana en la casa Christie’s en Nueva York. Es la primera vez que el cuadro de 152 por 127 centímetros sale en venta, tras permanecer desde 1941 en la casa de verano de la familia Rockefeller en Meine, Estados Unidos.

A pesar de que la pintura es autoría de Diego Rivera, cuya obra tiene la declaratoria de Monumento Artístico de la nación hecha en 1959 –lo que prohíbe su venta fuera de México–, esta pieza podrá subastarse en Nueva York porque nunca entró al país. Desde 1931 permaneció en el MoMA y luego en la casa de los Rockefeller en Estados Unidos, por lo que no está protegida por la ley nacional y puede circular en el mercado global.

El valor de la pintura de Rivera radica, principalmente, en su origen: En 1931, Abby Aldrich Rockefeller, en su calidad de cofundadora y fideicomisaria del Museo de Arte Moderno (MoMA), invitó al muralista a presentar una exposición individual en el recinto, lo que convirtió al pintor mexicano en el segundo artista, después de Matisse, en recibir la comisión. La invitación respondió no solo a que ya tenía presencia internacional, sino que personificaba lo que Abby y Alfred Barr, el primer director del MoMA, buscaban para el recinto.

Rivera era un genio modernista con un gran cuerpo de trabajo y como muralista líder de México, fue el principal defensor de un movimiento de arte genuino desde las Américas hasta el mundo”, se explica en el catálogo de la subasta donde se detalla que Abby Aldrich había comprado varias pinturas al óleo, bocetos y acuarelas de Rivera. Su primera compra en 1929 fue May Day Parade, un cuaderno de bocetos que el muralista hizo durante su viaje a Moscú.

Como carta de presentación ante los Rockefeller, Rivera llevó el cuadro Los rivalesque pintó durante el trayecto de México a Nueva York a bordo del barco a vapor SS Morro Castle. Abby Aldrich lo conservó en su acervo personal, y luego en 1941 se lo dio a su hijo David como regalo de bodas.

La pintura representa un festival tradicional de Oaxaca conocido como Las Velas, una celebración en conmemoración de los santos patrones locales. Para Virgilio Garza, director del Departamento de Pintura Latinoamericana en Christie’s, la obra es una de las mayores composiciones del pintor.

Comparado con sus murales, que son épicos en escala y contenido, con panoramas amplios y narrativas que a menudo se manejan ideológica o históricamente, esta pintura de caballete es igualmente monumental en presencia, pero desprovista de la política de Rivera. Es una escena mucho más íntima enfocada en las tradiciones regionales, y la pincelada es deliberadamente más flexible”, señala.

Garza describe la obra con efectos formales del cubismo sintético: “Formas y figuras se sintetizan y se reducen a sus elementos esenciales. La mirada del espectador retrocede por etapas, desde los hombres en primer plano, hasta las mujeres vestidas de colores vivos bajo el papel picado colgante. La brillante composición de Rivera de los planos que se cruzan crea una narrativa cinematográfica”.

En la subasta de la colección de Peggy y David Rockefeller estarán también Fillette à la corbeille fleurie, de Pablo Picasso, valorada en 70 millones de dólares, una de las obras mejor cotizadas de la puja junto con Odalisque couchée aux magnoliasde Matisse con un valor de 50 millones de dólares.

La colección completa Rockefeller está valorada en más de 500 millones de dólares e incluye trabajos de Pablo Picasso, Henri Matisse, Claude Monet, Édouard Manet, Paul Gauguin, Joan Miró, Pierre-Auguste Renoir y Edward Hopper. La de Rivera es una de las obras de arte latinoamericano con mayor costo, de acuerdo con la casa rematadora. El dinero recaudado se destinará a causas benéficas que elijan los herederos de David Rockefeller.