Veracruz fue el último puerto mexicano que vio con vida a Porfirio Díaz, quién el 31 de mayo de 1911 partió a Francia a bordo del buque de vapor Ypiranga, tras renunciar a la presidencia de México después de más de 30 años de mandato y a siete meses de la conclusión de la Revolución Mexicana.
“Caminaba por el muelle de la T acompañado por su esposa, quien ya había subido al barco, y subió la escalinata y ahí en la barandilla dijo adiós a México por el puerto de Veracruz; curiosamente Porfirio Díaz partió al exilio por el muelle que él mismo mandó a construir para que Veracruz fuera el primer puerto de México, y con lágrimas en los ojos Porfirio no se quitó de la barandilla hasta que no desapareció el suelo de México”, detalló el historiador Ricardo Cañas Montalvo.
De acuerdo con Cañas Montalvo, el político de origen oaxaqueño sintió un cariño profundo por Veracruz, mismo que lo llevó a realizar grandes obras, las cuales contribuyeron al crecimiento de la ciudad.
“Aumentó las líneas del ferrocarril de manera gigante y únicamente Veracruz tenía un muelle y ese muelle fue el que Porfirio Díaz dijo no puede ser posible y construye el puerto en tan solo siete años con 30 millones de pesos que costó en ese entonces y sobretodo que desde su inauguración en 1902 hasta el día de hoy ha sido gloria para Veracruz, además hay que decir que durante la época del “Porfiriato”, por la aduana de Veracruz ingresaba más del 80% del Producto Interno Bruto del país”, destacó.
El exilio del general duró solo cuatro años, por lo que en 1915 a los 84 años de edad murió en París donde descansan sus restos en espera de que algún día puedan ser trasladados a México.
A 107 años de dicho acontecimiento histórico, Porfirio Díaz es recordado como un presidente controversial, pero también como el precursor de obras que han dado paso a la modernidad del país.