La relación de Picasso con la danza es objeto de una nueva exposición abierta en la Ópera Garnier de París, con unas 130 obras que muestran cómo el artista español representó esta disciplina y colaboró con varios «ballets».
Las pinturas, así como documentos, fotografías, prendas y decorados exhibidos en la muestra, hasta el 16 de septiembre, proceden de las propias colecciones de la Ópera y de la Biblioteca Nacional de Francia (BnF).
La exposición se hace eco de la colaboración de Pablo Picasso con los «ballets» rusos de Serge Diaghilev, que empezó en 1916 para la creación de «Parade», de Jean Cocteau. El pintor dibujó una caricatura del entonces joven poeta, exhibida al inicio del recorrido.
«Jean Cocteau estaba fascinado con Picasso y lo fue a buscar para que realizara los decorados y el vestuario de ‘Parade'», dijo Bérenger Hainaut, conservador de la BnF y co-comisario de la muestra.
Centauro bailando de Pablo Picasso
«Más allá de las relaciones laborales (…) el pintor estableció vínculos de amistad duraderos» en este universo, así como «una relación amorosa con la bailarina Olga Khokhlova», con quien se casó en 1918, recordó Hainaut. Varios dibujos y fotografías dan fe de ese amor naciente.
Picasso produjo a partir de entonces varios decorados y vestuarios para los «ballets» rusos.
Si bien la participación de Picasso se limitó a veces a diseñar una simple cortina en el escenario, el artista español se implicó mucho en cuatro espectáculos importantes entre 1917 y 1924: «Parade», «El tricornio», «Pulcinella» y «Mercurio».
Pintura de 1959 de Pablo Picasso
Al margen de su colaboración en el mundo del «ballet», Picasso pintó numerosas escenas de danza o de cuerpos en movimiento, como la danza figurada de «Salomé» de 1905, de la que el artista realizó una versión más frontal en 1971.