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Notimex

La marcha convocada por estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para demandar más seguridad dentro y fuera de las instalaciones concluyó con saldo blanco, a pesar de un conato que no pasó a mayores.

El reclamo unánime de más seguridad para los alumnos y el personal académico que acude a los planteles de la máxima casa de estudios retumbó frente a la Torre de Rectoría, justo donde el lunes pasado ocurrieron las agresiones contra alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Azcapotzalco.

Desde las 11:00 horas, de manera paulatina, llegaron estudiantes a las afueras de la Facultad de Ciencias Políticas que se ubica en el Circuito Universitario para alistarse para lo que se vislumbraba desde entonces como una marcha estudiantil de enormes dimensiones.

Poco a poco se fueron organizando por escuelas, y cada vez fue más notoria la presencia de las facultades de Medicina, Ingeniería, Filosofía y Letras, Pedagogía, Química, Veterinaria, Psicología y Arquitectura entre otras que se entremezclaron con sus compañeros de las Facultades de Estudios Superiores de Acatlán, Zaragoza y Aragón.

Pero no sólo eran universitarios, las constantes “goya” se entremezclaron con los “huelum” de estudiantes politécnicos que acudieron a Ciudad Universitaria a apoyar a sus compañeros.

Durante la marcha no cesó el conteo del uno al 43 y el grito de “¡Justicia!” para recordar a los alumnos normalistas desaparecidos en Ayotzinapa.

Así el liderazgo de la marcha lo llevaron estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Azcapotzalco, plantel donde se gestó la marcha de este miércoles y la del lunes pasado para exigir fin a la violencia de grupos porriles dentro y en las inmediaciones del plantel, así como para demandar maestros para todos los grupos.

Los diversos contingentes, encabezados por ese plantel universitario, hicieron su arribo a la explanada de la Rectoría a las 14:40 horas. En sus pancartas y consignas daban cuenta de la exigencia de evitar que se repitan actos vandálicos en ese recinto universitario declarado Patrimonio de la Humanidad.

Cada uno de los contingentes, debidamente identificados, fue tomando su posición en las islas y en la parte alta de Rectoría, donde se ubica el asta bandera.

Algunos de sus integrantes, los menos, traían el rostro cubierto; para la mayoría el era que en la UNAM se erradique la inseguridad y se eviten nuevas tragedias. El grito unánime fue: ¡Fuera porros de la UNAM!

Al final, los estudiantes exhortaron a sus compañeros a retirarse de la explanada de la Rectoría en grupos hacia los diferentes puntos del transporte público, para evitar algún choque con personas ajenas a la comunidad estudiantil.