En tiempos de la revuelta por la Independencia de la Nueva España, lo que más adelante sería México, seis jóvenes veracruzanos juraron ante la cruz, nunca revelar la conspiración que se fraguaba en Veracruz.
En 1808, Ignacio Allende visitaba a un comerciante en Veracruz; don Ignacio Serapio Calvo, comerciante de la localidad, pero no era una visita de tipo comercial, tenía influencia libertaria, posteriormente esas ideas las transmitió a uno de sus empleados, Antonio Merino, según el investigador Ricardo Cañas.
Al ser descubierta la conspiración fueron hechos prisioneros en el castillo de San juan de Ulúa y recibieron los más terribles tormentos.
Y fueron sentenciados a muerte los héroes veracruzanos de la Independencia:
Cayetano Pérez
José Evaristo Molina, trabajaban en la aduana
José Prudencio Silva
José Ignacio Murillo
Bartolomé Flores
José Nicasio Arismendi.
Ante el ruego de los padres de los insurgentes veracruzanos que tenían entre 17 y 22 años, el Virrey Francisco Xavier Venegas concede el indulto a los jóvenes pero el documento no llegó a tiempo.
En el centenario del inicio de Independencia, Porfirio Díaz pidió al gobernador de Veracruz Teodoro A. Dehesa que colocara una placa que recordara sus nombres a un lado del baluarte de Santiago.
Esta es una historia más que no sabías de Veracruz, una historia de valor, resistencia, muerte e Independencia.