El hombre que llevó a los equipos de rescate una olla de arroz o los que donaron herramientas para recoger escombros son los “Héroes sin nombre“ de la serie de fotografías de Eduardo Feldman que homenajea a quienes ayudaron tras el sismo del 19 de septiembre de 2017 en México.
“Están los que se quedaron en su casa viendo Facebook y los que decidieron salir y ayudar; yo voy por los segundos, gente que dijo ‘no sé de qué sirvo, pero en mi casa no sirvo de nada’”, afirma el fotógrafo en una entrevista con Efe.
El proyecto “Héroes sin nombre” inmortaliza aquellas personas que el año pasado se volcaron en echar una mano tras el potente temblor de 7.1 que sacudió el centro y sur de México que causó 369 víctimas mortales.
En Ciudad de México, el temblor dejó 228 muertos y unos 40 edificios colapsados, en la mayor tragedia vivida por la capital desde el terremoto de 1985, también ocurrido el mismo día, el 19 de septiembre.
El primer impulso de Feldman fue colaborar con uno de los muchos centros de acopio que se levantaron en la ciudad: “Desde ahí me di cuenta de que algo raro estaba pasando, que veía a mucha gente común y corriente que estaban poniéndose las pilas, ayudando sin ninguna razón”.
En el tercer día después del sismo agarró la cámara y se dispuso a hacer un registro documental, “pero no de la tragedia, sino todo lo contrario”.
Lo que estaba buscando era “los héroes anónimos” que hicieron el trabajo de “levantarse las mangas” y salir a ayudar.
Con su cámara, Feldman captó a personajes como un hombre que “hizo bocadillos y se metió en la zona de desastre para que (los rescatistas) se echaran un bocado de algo dulce para seguir”.
“Es esa gente que cree que hizo muy poco, pero la suma de esas pequeñas cosas son las que hicieron que los que estuvieron entre los escombros tuvieran más motivación, más fuerza y ganas de seguir”, argumenta.
Pese a la masiva respuesta, agrega, a estos voluntarios “nadie les ha dado las gracias”, por lo que las fotografías representan un homenaje a aquellos que participaron sin esperar “que su nombre apareciera en ninguna placa”.
El impulso ciudadano también sirvió a Feldman, de 35 años, para romper ciertos prejuicios que notaba acerca de su generación, que está “un poco hipnotizada por internet y las redes sociales”.
La respuesta “me hizo tener un poquito más de fe en lo que somos y en la fuerza que tenemos como seres humanos y como mexicanos”, asevera.
La serie de fotografías incluye un prólogo escrito por el actor Diego Luna, quien estuvo al frente del centro de acopio Lago Tanganica 67, y un epílogo del fotógrafo Pedro Meyer. Asimismo, incluye el poema de Juan Villoro “El puño en alto”, un canto a la solidaridad ciudadana que se hizo viral tras el sismo.
Por el momento, Feldman, quien normalmente trabaja en la fotografía de paisajes y de naturaleza, está promoviendo a través de internet una iniciativa de crowdfunding (microfinanciación colectiva) para que el libro se imprima y no quede sólo en formato digital.
Asimismo, el fotógrafo fue subiendo su trabajo a sus redes sociales los días posteriores al terremoto -“como fotógrafo, la mitad del trabajo es capturar y la otra mitad es compartir”-, porque consideró que podían empujar a que la gente saliera de su casa a ayudar.
“Saber que las fotografías estaban inspirando a otros me motivó muchísimo para seguir”, concluye Feldman.