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Notimex

Con el proyecto Viv.E, que consiste en un espacio provisional para albergar a población damnificada, estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) obtuvieron el primer lugar del concurso estudiantil Vivienda Emergente CDMX 19S, que se llevó a cabo en el marco del 5to Congreso CAM-SAM, del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México.

El proyecto ganador toma en cuenta las necesidades básicas de una persona en situación post-desastre y le brinda un espacio tranquilo para dormir y comer. Se compone de una estructura ligera, plegable, segura, resistente a cualquier clima, de fácil transportación y construcción in situ, además de ser apta para montarse en cualquier tipo de superficie.

Esta propuesta estuvo a cargo de los alumnos Jenifer Rubí Pazos de la Cruz, Myriam González Crisóstomo, Daniel Flores Corona, Víctor Cruz López y Edwing Jiovanny Martínez de la Cruz, asesorados por el profesor Manuel García Zayas, de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), Unidad Tecamachalco.

Sobre los materiales empleados y la forma de la estructura, García Zayas señaló que esta vivienda emergente es bastante resistente a condiciones climáticas de altas y bajas temperaturas, lluvia, o incluso granizo, su diseño permite que el aire circule constantemente en condiciones de calor y viceversa que se conserve el calor en época de frío además se consideró el aprovechamiento de la luz natural para disminuir la demanda de generación eléctrica durante el día.

“Con esta combinación de materiales livianos pero resistentes, se logró un diseño que ofrece privacidad y seguridad emocional a la familia que sufre una catástrofe, ya que por ejemplo en caso de sismo las réplicas también suelen ser peligrosas pero los usuarios podrán estar seguros en esta vivienda mientras esperan una solución definitiva”, destacó el catedrático de la ESIA Tecamachalco.

El proyecto incluye también un protocolo ante catástrofes a considerar: en etapa de predesastre es necesario contar con viviendas emergentes diseñadas, construidas y almacenadas para cualquier eventualidad.

En la fase de postdesastre se requiere levantar un censo de daños en viviendas colapsadas o dañadas, diseñar la gestión y construcción de la vivienda emergente, buscar subsidios de materiales para dicha vivienda (se puede contemplar a los propios usuarios).

Una vez que el peligro haya pasado y la casa dañada esté en condiciones de ser nuevamente habitada, se retira la vivienda emergente y se mantiene lista para cualquier otra eventualidad.

Bajo la temática del Paradigma del Arquitecto Urbano, se llevó a cabo este evento en el que participaron más de 100 universidades del país con propuestas de viviendas emergentes ante eventos de catástrofe que demandan refugio para la población.