La princesa Macuilxochitzin/Macuilxóchitl nació en México-Tenochtitlan hacia 1435 y vivió una buena parte del siglo XV. Fue hija de Tlacaélel, un consejero de los reyes aztecas.Desde pequeña recibió la mejor educación; y conoció el arte del bordado y telar. Tuvo doce hermanos de madre diferente. A través de su madre escuchó los antiguos consejos de los mexicas.
A Macuilxochitzin le tocó vivir los días de máximo esplendor de los aztecas. Pocos años antes de la fecha probable de su nacimiento, sus tíos, el rey Itzcóatl y el entonces capitán Motecuhzoma Ilhuicamina, con el consejo de Tlacaélel, su padre, habían abatido a los antiguos dominadores de Azcapotzalco.
La mayoría de sus composiciones fueron orientadas a las batallas y enfrentamientos que mantuvo que su padre tuvo, en plena expansión de los aztecas en Mesoamérica.
El poemaCanto de Macuilxochitzin o Macuilxochitzin Icui, relata la última batalla de del emperador Axayácatl en la que su padre participó. Además de evocar la actuación decisiva de un grupo de mujeres otomíes que con sus súplicas a Axayácatl salvaron la vida del capitán después de resultar herido. Con claridad indica su intención de dar gracias al supremo dios de los aztecas y su deseo por preservar el recuerdo de la victoria de su pueblo. Este canto conserva en la Biblioteca Nacional de México.
Macuilxochitzin Icuic
A nonpehua noncuica,
ni Macuilxochitl,
zan noconahuiltia o a in ipalnemoa,
yn maconnetotilo – ohuaya, ohuaya!
Quenonamican,
can o ye ichan
im a itquihua in cuicatl?
Ic zanio nican
y izca anmoxochiuh?
In ma onnetotilo – ohuaya, ohuaya!
Temomacehual matlatzincatl,
Itzcohuatzin:
In Axayacatzin ticmomoyahuaco
in altepetl in Tlacotepec – a ohuaya!
O ylacatziuh ya ommoxochiuyh,
mopapaloouh.
Ic toconahuiltia.
In matlatzincatl, in Toloca, in Tlacotepec – a ohuaya.
Ayaxca ocontemaca
in xochitlaihuitla
ypalnemoa – ohuaya.
In quauhichimalli in temac,
ye quimana – ohuican ouihua,
yan tlachinolli itic,
yxtlahuatl itic – ohuaya, ohuaya.
In neneuhqui in tocuic,
neneuhqui in toxochiuh,
can tiquaochpan,
in toconahuiltia ypalnemoa – ohuaya, ohuaya.
In quauhxochitl
in momac ommani,
Axayacatzin.
In teoaxochitl,
in tlachinolxochitl ic,
yzhuayotimani,
yca yhuintihua
in tonahuac onoca – ohuaya, ohuaya.
Topan cueponi – a
yaoxochitl – a,
in Ehecatepec, in Mexico – ye ohoye
ye huiloya yca yhuintihua
in tonahuac onoc.
Za ye netlapalolo
in tepilhuan,
in acolihuaque,
an antepaneca – ohuaya, ohuaya.
In otepeuh Axayaca
nohuian,
Matlatzinco, Malinalco,
Ocuillan, Tequaloya, Xohcotitlan.
Nican ohualquizaco.
Xiquipilco oncan
oquimetzhuitec ce otomitl,
ytoca Tlilatl.
Auh yn oahcico,
quimilhui ycihuahuan:
– Xitlacencahuacan in maxtlatl, in tilmatli,
anquimacazque amoquichui.
Oquinenotzallan:
– Ma huallauh yn otomitl,
yn onechmetzhuitec!
Momauhtihtica yn otomitl,
quittoa:
Anca ye nechmictizque!
Quihualhuica in huepantli,
in tlaxipehualli in mazatl,
ic quitlapaloco in Axaya.
Momauhtitihuitz.
Auh zan oquitlauhtique yn icihuahuan Axayaca.
Canto de Macuilxochitzin (traducción)
Elevo mis cantos,
Yo, Macuilxóchitl,
con ellos alegro al “Dador de la Vida”,
¡comience la danza!
¿Adónde de algún modo se existe,
a la casa de Él
se llevan los cantos?
¿O sólo aquí
están vuestras flores?,
¡comience la danza!
El matlatzinca
es tu merecimiento de gentes, señor Itzcóatl:
¡Axayacatzin, tú conquistaste
la ciudad de Tlacotépec!
Allá fueron a hacer giros tus flores,
tus mariposas.
Con ésto has causado alegría.
El matlatzinca
está en Toluca, en Tlacotépec.
Lentamente hace ofrenda
de flores y plumas
al “Dador de la Vida”.
Pone los escudos de las águilas
en los brazos de los hombres,
allá donde arde la guerra,
en el interior de la llanura.
Como nuestros cantos,
como nuestras flores,
así, tú, el guerrero de cabeza rapada,
das alegría al “Dador de la Vida”.
Las flores del águila
quedan en tus manos,
señor Axayácatl.
Con flores divinas,
con flores de guerra
queda cubierto,
con ellas se embriaga
el que está a nuestro lado.
Sobre nosotros se abren
las flores de guerra,
en Ehcatépec, en México,
con ellas se embriaga el que está a nuestro lado.
Se han mostrado atrevidos
los príncipes,
los de Acolhuacan,
vosotros los tecpanecas.
Por todas partes Axayácatl
hizo conquistas,
en Matlatzinco, en Malinalco,
en Ocuillan, en Tequaloya, en Xocotitlan.
Por aquí vino a salir.
Allá en Xiquipilco a Axayácatl
lo hirió en la pierna un otomí,
su nombre era Tlílatl.
Se fue éste a buscar a sus mujeres,
Les dijo:
“Preparadle un braguero, una capa,
se los daréis, vosotras que sois valientes.”
Axayácatl exclamó:
“¡Que venga el otomí
que me ha herido en la pierna!”
El otomí tuvo miedo,
dijo:
“¡En verdad me matarán!”
Trajo entonces un grueso madero
y la piel de un venado,
con ésto hizo reverencia a Axayácatl.
Estaba lleno de miedo el otomí.
Pero entonces sus mujeres
por él hicieron súplica a Axayácatl.