«La pausa, borbotón de instantes en los atajos de un tiempo que no xe deja precisar. La tinta tiñe los soplos de la urgencia. La coloración se columpia entre el negro y su envés. El hombre camina sobre las ramblas que él mismo ha terminado en los desenfrenos de la noche. La noche y su entrevero de designios. La noche y la renramada de luces en las radas de la noche. Camino sobre todas las sombras que he mordisqueado en el desabrigo. La paciencia, bordón de esperas en las confluencias tentadoras que despliega la estación». Se incluye en el libro «Llos pasos contados» de Octavio Paz. Lo escribe Carlos Olivares en «La Razón».