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EFE

La utilización del sargazo como sustrato para producir hongos comestibles, funcionales y medicinales surge como una alternativa para deshacerse de las grandes cantidades que arribarán en 2019 a las playas del Caribe mexicano, informó hoy el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCYT).

En conferencia de prensa, el coordinador de agrociencias de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), Alfonso Larqué, afirmó que se pueden llegar a producir 114 kilogramos de setas por cada tonelada de sargazo fresco, constituyéndose así una alternativa alimentaria que, además, limpiaría las playas del estado de Quintana Roo, en el Caribe mexicano.

El descubrimiento surge a raíz de un estudio realizado por el FCCYT que confirma que “los hongos comestibles son una opción de producir alimentos sin destruir el medioambiente” en la que el sargazo va a jugar ahora un papel esencial.

“El sargazo está ahí, en principio los hongos como los venimos produciendo es con paja, trigo, maíz y la pregunta central era si podríamos hacer algo con el sargazo para producir hongos comestibles”, contó remontándose a los orígenes de la investigación.

Por su parte, Daniel Martínez Carrera, uno de los principales implicados en el estudio, aseveró que “los hongos comestibles del género pleurotus pueden inocularse, crecer, desarrollarse y reproducirse en sargazo”.

“Sus hifas (filamentos) son capaces de absorber los nutrientes necesarios para su desarrollo a partir de paredes celulares de las algas”, agregó.

Asimismo, detalló el proceso biotecnológico al que se somete al sargazo para después obtener los hongos.

Todo comienza con la recogida y caracterización del alga para después someterla a un proceso de pasteurización.

La utilización del sargazo como sustrato para producir hongos comestibles, funcionales y medicinales. Foto: Isabel Mateos / Cuartoscuro

Luego, a la biomasa se le aplica frío y se la empaqueta, iniciando así el proceso de incubación en un lugar de cultivo durante 30 días al término de los cuales se acaban cosechando los hongos.

Todo el proceso de producción toma a los especialistas entre 35 y 55 días aproximadamente.

Cabe destacar que México es el principal productor de hongos en América Latina con 77 mil 150 toneladas anuales, por lo que, de consagrarse este sistema, la producción se incrementaría.

Para ello, los científicos pedirán el apoyo económico de 100 millones de pesos (unos cinco millones de dólares) para llevar a cabo el proyecto en las playas de Quintana Roo.

Pero, más allá de la producción, los beneficios ambientales continúan, pues el sargazo degradado es reutilizable y puede usarse como abono orgánico en los sistemas agroforestales y como eficaz regenerador y estabilizador de dunas costeras.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) anunció hoy que, de acuerdo a el seguimiento realizados por la Universidad de Florida, en Estados Unidos, se esperan nuevamente cantidades ingentes de sargazo para 2019, tal como ocurrió el pasado año.

Al respecto, Martínez Carrera comentó que “se espera que se incremente pero no tenemos la cantidad”.

El sargazo llega a las costas mexicanas entre los meses de marzo y septiembre, no obstante, el pasado año la problemática se extendió, generando un impacto social, económico, ecológico y turístico para la región.

En términos económicos, hace algunos meses la UNAM reveló en conferencia de prensa que la cifra tentativa que los hoteles de Quintana Roo gastan al mes para retirar el sargazo de las playas es de un millón de pesos (unos 52 mil 250 dólares).

Alfonso Larqué concluyó que ahora se tiene la oportunidad de “convertir algo que podíamos llamar maldición en bendición”.