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Europa Press

Químicos de la Universidad McGill han concebido un combustible para cohetes tan eficaz y mucho más limpio y seguro que los actuales de inflamación espontánea, que se usan comúnmente en la actualidad.

Estos nuevos combustibles, descritos en Science Advances, utilizan simples “activadores” químicos para desbloquear la energía de uno de los materiales nuevos más populares, una clase de sólidos porosos conocidos como estructuras metálicas orgánicas o MOF. Los MOF están formados por grupos de iones metálicos y una molécula orgánica llamada enlazador.

Los satélites y las estaciones espaciales que permanecen en órbita durante un tiempo considerable dependen de los hipergoles, combustibles que son tan energéticos que se encenderán de inmediato en presencia de un oxidante (ya que no hay oxígeno para soportar la combustión más allá de la atmósfera de la Tierra).

Los combustibles hipergólicos que se utilizan principalmente en la actualidad dependen de la hidracina, un compuesto químico altamente tóxico y peligrosamente inestable formado por una combinación de átomos de nitrógeno e hidrógeno. Los combustibles a base de hidracina son tan cancerígenos que las personas que trabajan con ellos deben vestirse como si estuvieran preparándose para el viaje espacial.

A pesar de las precauciones, alrededor de 12 mil toneladas de hidracina terminan siendo liberadas a la atmósfera cada año por la industria aeroespacial.

“Este es un enfoque nuevo y más limpio para producir combustibles altamente combustibles, que no solo son significativamente más seguros que los que se usan actualmente, sino que también responden o se queman muy rápidamente, lo que es una calidad esencial en el combustible para cohetes”, dice en un comunicado Tomislav Fricic, profesor en el Departamento de Química de McGill, y co-autor principal en el artículo junto con el antiguo investigador de McGill Robin D. Rogers.

“Aunque todavía estamos en las primeras etapas de trabajar con estos materiales en el laboratorio, estos resultados abren la posibilidad de desarrollar una clase de combustibles hipergólicos nuevos, limpios y sintonizables para la industria aeroespacial”, dice el primer autor, Hatem Titi, un postdoctorado que trabaja en el laboratorio de Fricic.