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Universidad Veracruzana

Janet Alejandra Gutiérrez Uribe, directora del Departamento de Bioingeniería y Ciencias, Región Sur, del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), ofreció conferencia magistral Desarrollo de alimentos funcionales del Primer Foro Nacional Multidisciplinario de Investigación de la Universidad Veracruzana (UV). 

El evento fue organizado por la Vicerrectoría Orizaba-Córdoba y la Facultad de Contaduría y Administración y se llevó a cabo el 4 de junio en la sala de videoconferencias de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI) de Ixtaczoquitlán. 

La investigadora del ITESM definió a los alimentos funcionales como “componentes dietéticos que pueden proporcionar un beneficio para la salud más allá de la nutrición básica”. 

Agregó que son similares en apariencia a un alimento convencional consumido como parte de la dieta habitual, con beneficios fisiológicos demostrados y/o para reducir el riesgo de enfermedades crónicas más allá de las funciones nutricionales básicas. 

Gutiérrez Uribe reconoció como ejemplo de alimentos funcionales los cereales, productos de panificación, bebidas para deportistas, barras nutritivas bebidas con antioxidantes, los cuales tienen prebióticos fortificados con fitoquímicos como resveratrol, licopeno ysulfurasanos. 

Indicó que el mercado mundial de nutricionales en 2010 fue de 140.1 billones de dólares, distribuidos de la siguiente manera: 33 por ciento de alimentos funcionales, 31 por ciento suplementos dietéticos y 36 por ciento de bebidas funcionales; además detalló gráficamente el panorama económico mundial de los alimentos funcionales. 

Informó que la cultura mexicana en sus diversos grupos étnicos cuenta con más de tres mil plantas registradas con potencial efecto medicinal, pero lamentablemente menos del uno por ciento ha sido estudiada a fondo. 

Janet Alejandra señaló que de los nutracéuticos debe estudiarse: su selección (identificación), estandarización (perfil fotoquímico),seguridad (dosis), fuente (control, almacenamiento), estructura (identificación de compuestos activos) y evidencia (medir la eficacia científicamente). 

Como ejemplos mostró estudios del orégano (luteolin) y ventajas de su cultivo por micropropagación; del nopal, sus múltiples beneficios debido a sus polifenoles, vitaminas, betacianinas, ácidos grasos, minerales, cladodio, polisacáridos y fitoesteroles. 

También detalló la recuperación de bioactivos de subproductos como el nejayote durante la nixtamalización del maíz, y ejemplificó sobre el frijol y agave. 

Explicó que más allá de la investigación están la transferencia y la vinculación, es decir, el patentamiento, el modelo de negocio y la implantación; sobre ello presentó algunos casos exitosos, así como los puntos críticos para el desarrollo de los alimentos funcionales mexicanos. 

Por: Francisco Javier Chaín Revuelta