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Universidad Veracruzana

Noé Alfaro Alfaro, investigador de tiempo completo en el Instituto Regional de Investigación en Salud Pública de la Universidad de Guadalajara (UdeG), expresó que el actual escenario político nunca había sido tan adecuado para el quehacer en materia de salud pública, durante su participación en el 5º Congreso Nacional de Educación en Salud Pública organizado por el Instituto de Salud Pública (ISP) de la Universidad Veracruzana (UV) y la Asociación Mexicana de Educación en Salud Pública (AMESP).

Al dictar la conferencia magistral “Los recursos humanos en salud pública y el sistema nacional de salud”, el pasado viernes 14 de junio, comentó que para alcanzar un mejor desempeño en este rubro es necesario contar con personas responsables que tengan un mejor manejo del concepto de salud pública, ampliación del sistema público de salud, garantizar el financiamiento e infraestructura del sector público, e impulsar la investigación.

Mencionó que organizaciones a nivel internacional y Latinoamérica, a partir de un diagnóstico llamado “Análisis de la situación de la salud”, determinaron las 11 funciones esenciales de la salud pública; de éstas, las que han arrojado peores calificaciones son: la referente a la investigación, la garantía y mejoramiento de la calidad de los servicios de salud individuales y colectivos, así como desarrollo de recursos humanos y capacitación en salud pública.

Entonces, “si queremos ser competentes, tendríamos que hacer énfasis en estas tres funciones. Necesitamos formar recursos humanos en salud pública, no sólo maestros y médicos, requerimos técnicos y licenciados en salud pública en las comunidades; aunque ya tenemos maestrías y doctorados, tenemos que darle una profundidad distinta de acuerdo al grado que se propone”.

Por lo tanto, apuntó que los desafíos para el sistema nacional de salud se centran en: fortalecer la fuerza de trabajo en sus competencias en salud pública y en atención primaria a la salud; adecuarlos y vincularlos con el perfil epidemiológico de la población, a los problemas de salud que presentan y formarlos en el campo; vincular las prácticas profesionales de licenciatura, posgrado y servicios sociales con instituciones de atención primaria a la salud.

Ante este panorama, Noé Alfaro dijo que la AMESP debe evaluar el impacto de las nuevas políticas de salud en la población; proponer adecuaciones de las intervenciones en salud; así como establecer unidades de investigación –en coordinación con el sector salud– con equipos multidisciplinarios en las regiones más desfavorecidas y con necesidades especiales.