La evaluación del cumplimiento farmacoterapéutico en pacientes con trastornos neurológicos pediátricos, es el tema del trabajo de tesis realizado por María Eugenia López Reyes, egresada de la primera generación de la Maestría en Farmacia Clínica de la Universidad Veracruzana (UV).
La investigación tuvo el objetivo de beneficiar a niños entre uno y 14 de años de edad, pacientes del Área de Neurología del Centro de Alta Especialidad (CAE) “Dr. Rafael Lucio”, nosocomio donde actualmente labora.
Comentó que desde que egresó de la Facultad de Química Farmacéutica Biológica (QFB) de la UV, su meta siempre fue cursar este posgrado con el fin de ampliar sus conocimientos, así como optimizar su rendimiento laboral y profesional.
Sobre el estudio realizado, señaló que el CAE tiene un registro de más de 200 infantes que llevan un tratamiento controlado asociado a trastornos neurológicos como epilepsia o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Dicho tratamiento consiste en el suministro de clonazepam gotas o metilfenidato, fármacos que les ayudan a mantener un comportamiento adecuado o normal en su día a día.
Sin embargo, se notó que muchas veces el tratamiento no era efectivo debido a que no sabían cómo tomarlos, no habían comprendido las indicaciones médicas o los hacían interactuar con otros fármacos.
Esta situación propiciaba el aumento en el número de visitas al área de urgencias pediátricas del hospital por el incremento de crisis epilépticas, lo cual representaba un mayor gasto para los familiares y para la institución.
Por lo anterior, tras esta evaluación y una vez identificado el problema, María Eugenia López asegura que el panorama hoy es diferente, pues han disminuido las crisis convulsivas en los menores y por consiguiente ya no acuden tanto al hospital.
El primer paso de su investigación fue la aplicación de un test a más de 120 pacientes y familiares, con preguntas sobre cómo ingerían los medicamentos, si lo hacían a la hora indicada, si la dosis era la correcta y si a pesar de sentir algún malestar lo tomaban.
La Subjefa de Farmacia de la Unidad de Servicios Farmacéuticos, dijo que esas preguntas son fundamentales para saber en qué casos y por qué se les olvida ingerirlos, ya sea por descuido o debido a algún factor económico.
De esta manera, gracias a este seguimiento se identificaron los factores por los cuales el paciente no tenía adherencia al tratamiento ni éxito en la terapia.
“Por ejemplo, algunos no sabían bien cómo tomarlos, si eran cuatro tabletas o solo una, o bien interactuaban con más medicamentos, lo cual no hacía efectivo el tratamiento terapéutico.”
Mencionó el caso de una niña cuyas convulsiones eran frecuentes, pero después de darle seguimiento y ajustarle los horarios de administración, los papás siguieron las indicaciones y su salud mejoró.
En otros casos, el medicamento se lo dan acompañado de leche o jugo de toronja, lo cual no debe ocurrir. Algunos utilizan más fármacos, pues además de que padecen el trastorno neurológico sufren de otras comorbilidades, “en esa situación se tienen que ajustar los horarios para que no interactúen entre ellos”.
Actualmente, el seguimiento se realiza para pacientes neurológicos y con hemofilia (trastorno que provoca que la sangre no coagule normalmente y ocasiona hemorragias constantes).
María Eugenia agradeció el apoyo brindado por el CAE y los tutores de la maestría para lograr este objetivo, pues lo que más le gusta desu trabajo es ser útil y eficiente para ayudar a los usuarios, pacientes y a sus compañeros.
Por: Claudia Peralta Vázquez