El vanguardista valenciano Josep Renau y David Alfaro Siqueiros tenían una relación similar a la de un matrimonio de años: unas temporadas se amaban, pero en otras se odiaban. Así lo relató Carlos Renau, sobrino del pintor, respecto a la exposición Renau y el muralismo en el exilio: diálogos con Siqueiros, la cual revisa el trabajo del europeo durante su estancia en México, así como su colaboración y relación con el Coronelazo.
“Hubo una ocasión en que Siqueiros hizo una conferencia y declaró que Renau haría una exposición, él se voltea con su esposa y le dice: ‘¿y este tipo qué se trae?’. Hubo épocas en que se adoraban y otras en las que ni se hablaban; y una vez, Siqueiros tuvo un problema con uno de sus nietos y lo mandó a estudiar a Alemania, país donde residía mi tío; y lo mejor que pudo hacer fue llevarlo a casa de él para que fuera su tutor… eso fue toda la vida de ambos”, contó.
Josep Renau fue uno de los vanguardistas más relevantes de los años 30 y uno de los pocos exiliados españoles que incursionó en el muralismo, que trabajó hasta el final de su carrera. Su acercamiento a este arte se debió gracias a David Alfaro Siqueiros, a quien conoció cuando éste fue a España, a “combatir” a favor del bando republicano.
La muestra cuenta con 115 piezas entre documentos, fotografías, pinturas, cartas y revistas; el primer bloque está dedicado al encuentro de los dos artistas durante la Guerra Civil Española y está compuesto por notas periodísticas sobre el conflicto; artículos que escribió Renau sobre Siqueiros, fotografías de ambos, una carta poco conocida que le escribe el creador de Eco de un grito a Renau, diciéndole su interés por editar libros juntos; “y también la libreta donde Renau había anotado el día de la llegada del mexicano con signos de exclamación”
“Siqueiros estaba en Nueva York, haciendo un taller experimental en 1936, y cuando se enteró del conflicto decide ir a pelear; su intención era hacer colectivos de arte político; allá se encontró con
Renau, quien era director de Bellas Artes y le dice que su idea era imposible por la situación; pero el tema de hacer murales con Siqueiros se le queda pendiente”, detalló Paola Uribe, curadora de la muestra.
El valenciano decidió exiliarse en México, en 1939, para trabajar con Siqueiros, con quien realizó el mural Retrato de la burguesía, que se encuentra en el edificio principal del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), y que fue elaborado con técnicas nunca antes vistas en el muralismo, como el uso de fotomontajes y proyección sobre el muro.
El segundo bloque incluye bocetos y fotomontajes del mural que el valenciano no pudo elaborar y que sería colocado en el mismo edificio del SME: La electrificación de México acabará con la miseria del pueblo.
“No se llevó a cabo por un cambio de gestión en el sindicato. Todo lo que hicieron en equipo se ve en estas gráficas; entre ellas la parte del espectador móvil y que le da mira al muro; buscaban darle movimiento al mural para que el espectador tuviera una experiencia al ver la obra.
“Se colocaron cuadros que Renau hizo para cerrar su etapa de artista de caballete en México y para conectarlo con la obra pictórica muralista; tomé como eje los 13 puntos de ¿Cómo se pinta un mural?, un manual que escribió Siqueiros en el 51; iban desde trabajar en equipo hasta utilizar medios como la fotografía y el andamiaje; estas cosas Renau las supo traducir y las llevó a otros niveles”, detalló la curadora.
La tercera parte aglomera fotos y documentos de la realización del mural España hacia América, en el Casino de la Selva de Cuernavaca, Morelos, y que actualmente está reubicado en Papalote Museo del Niño de aquella ciudad.
La exposición cuenta también con la proyección animada del mural El retrato de la burguesía y con un audio en el que está registrada la visita de Siqueiros al estudio de Renau.
Renau y el muralismo en el exilio: diálogos con Siqueiros
- Dónde: Sala de Arte Público Siqueiros
- Cuándo: Hasta el 6 de octubre