El comportamiento impulsivo que algunos seres humanos muestran en su etapa adolescente tiene relación con la adicción a drogas, alcohol e inhalantes, problemática que ha sido detectada a una edad cada vez más temprana, principalmente en mujeres, catalogadas como mayores consumidoras por arriba de los hombres.
Esta situación la detalla ampliamente el estudio titulado: “Impulsividad y conflicto familiar en el consumo de sustancias psicoactivas en adolescentes de telesecundarias”, realizado por Nicole Guadalupe Vallejo Alviter, egresada de la Maestría en Psicología de la Universidad Veracruzana (UV), quien por este trabajo recibió mención honorífica en el XXXVII Congreso Interamericano de Psicología, celebrado del 15 al 19 de julio en La Habana, Cuba.
Este evento organizado por la Sociedad Interamericana de Psicología (SIP), reconoció el trabajo de estudiantes de pregrado y posgrado a nivel de Latinoamérica.
La joven galardonada comentó que después de enviar un resumen de su investigación, dirigida por Jorge Luis Arellanez Hernández, del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP), fue notificada de la decisión del jurado de otorgarle mención honorífica, así como la oportunidad de ser ponente en el congreso.
La decisión de abordar este fenómeno surgió después de haber trabajado directamente con este sector de la población. Por ello, si bien existen muchas variables que inciden en la adicción a las drogas, el estudio desarrollado entre 2016 y 2018 tuvo el propósito de explorar si las características de impulsividad y conflicto familiar podían generar el consumo de sustancias.
Reconoció que se trata de una problemática compleja, ya que además de los diversos daños al organismo, la adicción traeconsecuencias como: deserción escolar, mayor riesgo de accidentes, ideación suicida, embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual, entre otros.
Nicole Guadalupe, quien es actualmente alumna del Doctorado en Psicología de la UV, no descarta que más adelante los resultados de dicha investigación puedan propiciar el desarrollo de programas preventivos.
Resaltó que la impulsividad es un aspecto poco explorado, el cual se describe como la tendencia a actuar de manera rápida e irreflexiva, se presenta cuando el individuo no analiza si existe una consecuencia negativa en la conducta.
“Es una característica que puede presentarse en la adolescencia, pero también estudiarse como un rasgo de personalidad cuyo principal impacto emana del ambiente familiar”; es decir, si existen conflictos o patrones disfuncionales dentro de este núcleo, lo más seguro es que se desarrolle una personalidad impulsiva.
La investigadora dio a conocer la participación en este estudio de 344 estudiantes de tres telesecundarias de igual número de localidades del municipio de Emiliano Zapata.
Mediante un cuestionario conformado por escalas que medían la impulsividad, se recolectó información relacionada con el conflicto familiar, consumo de bebidas alcohólicas, tabaco y otras drogas, así como indicadores sociodemográficos como: edad, sexo, estado laboral y de estudios.
En cuanto a los resultados, detectó que el 50 por ciento de los adolescentes ha consumido bebidas alcohólicas, por lo menos alguna vezen su vida; el 25 por ciento ha probado tabaco, y 10 por ciento otras drogas ilegales. De ellas, las de mayor prevalencia son: la mariguana, inhalables y otras sustancias no específicas.
También se encontró que aquellos adolescentes que consumían cualquiera de estas sustancias presentaban un nivel de impulsividad más alto en comparación con quienes no lo hacían.
Asimismo, los que eran consumidores experimentales de alguna sustancia, sin tener ningún patrón de adicción, presentaban un conflicto familiar más alto a diferencia de los que no habían tenido esta experiencia.
Vallejo Alviter mencionó que también se encontró correlación positiva entre la impulsividad y el conflicto familiar, lo cual indica que la familia tiene un rol importante en la personalidad del individuo, en el autocontrol y toma de decisiones.
Otro de los aspectos hallados en la muestra fue que el consumo de bebidas alcohólicas inicia en promedio a los 11 años de edad, el de tabaco a los 12 y el de otras drogas como mariguana, inhalables y cocaína, a los 14.
Si bien se ha señalado que tanto las bebidas alcohólicas como el tabaco son sustancias de consumo inicial en los adolescentes, también se observó que la edad promedio de incursión a esta acción ha disminuido notablemente.
Por tanto, resulta importante conocer cuáles son estas causas y factores que conducen a los adolescentes a consumir drogas a edades más tempranas, y sobre todo ofrecerles programas preventivos desde niveles educativos iniciales.
En cuanto a la ocupación, se detectó que los adolescentes que además de estudiar tienen una actividad remunerada, presentaron mayor consumo de drogas toda vez que el dinero que obtienen les permite adquirir alcohol, tabaco y otras cosas.
Como conclusión, sugirió incursionar en la investigación aplicada para diseñar e implementar estrategias que favorezcan la salud emocional de los jóvenes, y ayudarles a tener un pensamiento reflexivo y maduro.
En el mismo contexto, propuso la implementación de programas preventivos e integrales donde la familia participe, sobre todo si se considera que es una población escolarizada.
Por otra parte, propone explorar otros factores psicosociales que conllevan al consumo de drogas desde una perspectiva de género. Lo anterior, debido a que la muestra arrojó que el consumo de drogas es más alto en mujeres que en hombres.
Esto en consonancia con otras investigaciones realizadas a nivel nacional, donde se ha señalado que en los últimos años el consumo de drogas ha aumentado tanto en hombres como en mujeres, aunque con más prevalencia en este último sector.
En este sentido, su actual investigación de doctorado aborda el mismo tema pero desde una perspectiva de género, con el fin de ofrecer mayores elementos en la elaboración de un programa preventivo.
Por su parte, Jorge Luis Arellanez reconoció la importancia de esta investigación, pues demuestra que la falta de control de impulsos es un indicador importante del riesgo en el consumo de drogas.
“Hoy en día todo lo queremos rápido y reaccionamos a los acontecimientos de una forma espontánea sin detenernos a pensar, actuar de esta manera no es muy favorable ya que nos puede poner en riesgos.”
El especialista dijo que al no tomarse en cuenta la impulsividad se tiende a reaccionar de una manera más primitiva, como fue el caso de la persona que clavó un cuchillo en el ojo de otra, tras discutir por un cajón de estacionamiento de un centro comercial en la ciudad de Veracruz.
“Este tipo de respuestas no controladas puede propiciar otros riesgos o conductas indeseables”; por ello, con esto se establece que quienes han usado drogas son más impulsivos que quienes no lo han hecho.
Finalmente, Nicole Guadalupe Vallejo agradeció el respaldo de la UV, a través de la Dirección General de la Unidad de Estudios de Posgrado, a cargo de José Rigoberto Gabriel Argüelles; de la coordinación de la Maestría en Psicología, y de sus asesores: Catalina González Forteza, del Instituto Nacional de Psiquiatría (INP), y Fernando Wagner Echeagaray, investigador de la Universidad de Maryland, Estados Unidos.
Por: Claudia Peralta Vázquez