Miguel Rodrigo Ávila Pulido, alumno de séptimo semestre de la Facultad de Economía de la Universidad Veracruzana (UV), retornó hace unas semanas a su ciudad natal después de casi cinco meses, tiempo que duró su estancia de movilidad en la Universidad Europea Viadrina, situada en Frankfurt, Alemania.
Él es uno de los beneficiarios del Programa de Movilidad de la UV (Promuv), que le otorgó una beca para cursar cuatro experiencias educativas (EE) en esa universidad europea.
Miguel Rodrigo comentó que desde pequeño mostró un alto nivel de aprovechamiento y en la universidad no ha sido la excepción pues a la fecha mantiene un promedio de 9.7, el más alto de su generación.
Esta capacidad, sumada a sus conocimientos básicos de inglés y francés, así como una entrevista virtual y otros trámites con los que cumplió, fueron decisivos para realizar esta estancia entre marzo y agosto del presente año.
En el plano académico, esta primera experiencia le hizo darse cuenta que su potencial es mayor del que pensaba; mientras que en lo personal, considera que estos cinco meses le sirvieron para ser más independiente y relacionarse con las personas fuera de su entorno.
“Son experiencias nuevas que me han cambiado, pues después de permanecer por cinco meses con personas desconocidas, logré hacer amistades de todas partes del mundo, además ahogué los miedos a estar solo en un país extraño y hablar otro idioma.”
Reconoció que al irse sintió un poco de temor porque nunca había salido del país ni tenía idea de cómo era acudir a una universidad extranjera y tomar clases en otra lengua que no fuera español.
Contrario a lo que pensó, en esa universidad no había tantos alemanes; por el contrario, se encontró con jóvenes de casi todos los continentes, incluidos los de su dormitorio que provenían de Ucrania, China, Inglaterra y España.
El universitario, a quien el interés por estudiar Economía y los temas financieros llegó durante la preparatoria, dio a conocer que durante esta estancia cursó cuatro EE. Una de ellas estuvo enfocada en la investigación de operaciones, modelos matemáticos y programación en software, con el fin de optimizar la logística de las empresas.
Otra de las EE se relacionó con economía monetaria internacional, exploración de los mercados de divisas, choques externos a las economías nacionales y sus efectos en las tasas de interés, así como variaciones en el tipo de cambio y recesiones, entre otros.
La tercera fue más teórica y centrada en los procesos de cambio, conformación de equipos en las organizaciones, empresas, y cómo se desarrollan éstas a través del tiempo. En la última aprendió alemán básico.
A su consideración, lo innovador del proceso de enseñanza-aprendizaje de esa universidad fue el acercamiento práctico con las cosas.
“Todos los conocimientos teóricos se aplican a la realidad y se corrobora que la teoría se cumpla o no se cumpla, ese enfoque es novedoso y bien podría replicarse también en la UV.”
Satisfecho con este logro, ya que el promedio obtenido fue perfecto, dijo que allá hay poco contacto con los maestros, las clases duran cuatro horas y se imparten en auditorios para 200 personas.
Con esta movilidad, la visión de Miguel Rodrigo ya no es la misma, pues la convivencia multicultural lo hizo aprender muchas cosas y desear egresar de la carrera, hacer su tesis y cursar posteriormente una maestría en economía financiera en el extranjero.
“Invitaría a otros alumnos a participar en el programa de movilidad, que se preparen desde los primeros semestres para cubrir 560 puntos de inglés, nivel que establece la convocatoria, eso les permitirá ingresar.”
Agregó que también deberán tener un promedio mínimo de 8.5 y haber cubierto el 40 por ciento de créditos de licenciatura.
Por: Claudia Peralta Vázquez
