La Ribeira Sacra es uno de los secretos mejor guardados de Galicia. Una región que integra un conjunto de veinte municipios al sur de la provincia de Lugo y al norte de la de Ourense, todos ellos abrazando los ríos Cabe, Sil y Miño. Aquí se dibujan cañones de laderas escarpadas entre bosques y rocas, lo que atrajo a comunidades monásticas desde los primeros pasos del cristianismo.
Lo que no acaba de estar muy claro es si el origen de su nombre se debe a estos monasterios y cenobios, por lo que vendría de “Rivoyra Sacrata“, o si tiene que ver con la abundancia de robles (“robur”), árbol sagrado en época celta, y que por tanto provendría de “Roboyra Sacrata”.
De un modo u otro, lo que es indiscutible es que la Ribeira Sacra es de una belleza sublime, y que los cañones que han dibujado sus ríos nos hacen pensar que por arte de magia nos hemos trasladado a los fiordos noruegos. Es tierra de monasterios, de naturaleza y de miradores que se asoman al vacío. De paseos fluviales, bosques, viñedos y vino. Incluso tierra digna de su propia Denominación de Origen. Un destino de alto atractivo turístico y que es candidato a convertirse en Patrimonio de la Humanidad en 2021.
POR LOS MIRADORES DE LA RIBEIRA SACRA
Si vamos a ver el Cañón del Sil hemos de asegurarnos de verlo bien, y para eso están sus miradores. La profundidad del cañón puede alcanzar los 500 metros en algunos de sus puntos y la figura que dibuja en el paisaje es espectacular. Cuenta una leyenda mitológica romana que Júpiter se enamoró de estas tierras y se convirtió en río para acariciar hasta el último recodo, pero Juno, su mujer, abrió una herida en ella cuya cicatriz se hundió en la tierra hasta límites insospechados, y que así nació el cañón. Algo nos dice que realmente fue un árduo trabajo de erosión, pero de un modo u otro el cañón merece toda nuestra atención.
El río Sil separa las provincias de Ourense y Lugo, y tanto por un lado como por otro tenemos un buen número de miradores desde los que obtener una buena perspectiva. Hay que decir que aquí el río tiene este volumen gracias a la presa de Santo Estevo y que forma por tanto un embalse, lo que incrementa aún más su grandiosidad. Miradores hay muchos, pero si recorremos
orilla norte por la provincia de Lugo los más importantes son los de Cividade, que parece que se asoma al abismo, el de Boqueiriño y el de Cadeiras, a unos 400 metros de altura. Mientras que en la orilla sur, en Ourense, los más conocidos son los de Cabezoás, que queda suspendido en el aire, los Balcones de Madrid, uno de los más famosos, y el de Vilouxe, el que probablemente ofrece una de las panorámicas más bonitas de toda la Ribeira Sacra.
RUTA POR LOS MONASTERIOS DE LA RIBEIRA SACRA
Esta ruta de los monasterios también se conoce como la ruta románica de la Ribeira Sacra, por lo que ya puedes imaginar cuál es el estilo arquitectónico que siguieron todos ellos. Monasterios hay muchos, así como iglesias, aunque en estados de conservación variables. Entre todos nos quedamos con tres fundamentales, el de San Pedro de Rocas, el de Santo Estevo y el de Santa Cristina.
-Monasterio de San Pedro de Rocas
Se estima que su origen se remonta al año 573 y que podría ser el monasterio más antiguo de Galicia. Tiene la peculiaridad de estar excavado en la roca granítica y al entrar en la iglesia se tiene la sensación de estar adentrándose en una cueva primitiva, e incluso en el suelo de piedra hay varios sepulcros esculpidos. Aunque su estado de conservación no sea tan bueno como nos gustaría su valor histórico y antropológico es inigualable.
-Monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil
No está muy clara su fecha de fundación, pero hay documentos del siglo IX que ya hablan de él. Su ubicación en un bosque de robles cerca de la orilla sur del Sil es mágica y del monasterio se conservan dos alas de su claustro. La iglesia es del siglo XII y mezcla estilos románicos y góticos, guardando en su interior pinturas al fresco. Aunque está abandonado está bastante bien conservado.
-Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil
Es uno de los más espectaculares, por tamaño y ubicación. Está completamente restaurado y perfectamente conservado porque en la actualidad forma parte de la red de Paradores Nacionales, pero no ha perdido su encanto. El monasterio puede ser visitado, con sus tres claustros (barroco, gótico y renacentista) así como su iglesia. Además se realizan visitas teatralizadas.
VINOS CON DENOMINACIÓN DE ORIGEN
La Ribeira Sacra es tierra de vinos, tanto que desde 1996 cuenta con su propia Denominación de Origen Ribeira Sacra. Son vinos diferentes, con personalidad, y eso lo comprendemos cuando conocemos las condiciones y la ubicación de sus viñedos. Aquí tiene lugar lo que se conoce como la “viticultura heroica”, las plantaciones se llevan a cabo en los cañones de los ríos Sil y Miño, sobre escarpadas laderas en las que los bancales se superponen piedra sobre piedra casi en vertical con una alta densidad de cepas. De ahí que su vendimia se lleve a cabo por verdaderos héroes y verdaderas heroínas, ya que no es posible mecanizacion alguna y todo el proceso se ha de llevar a cabo a mano. Un sistema que se sabe que ya utilizaron los romanos, pero una tradición que viene incluso de más atrás.
Una de las actividades imprescindibles que todo viajero debería tener en cuenta en la Ribeira Sacra es la de visitar una bodega, porque el vino aquí es parte del paisaje, la cultura y la economía local. La actual bodega más antigua de la Ribeira Sacra es la de Ponte da Boga, nació en 1898 y es la segunda en tamaño de la región. Aquí no solo hay despacho de vinos, sino también se organizan catas, se visitan las instalaciones, se conocen las viñas a pie de cepa y se aprende sobre la historia del vino más heroico de España. Tiene muy poco que ver con el cultivo extensivo que se lleva a cabo en La Rioja, el Duero o en Castilla-La Mancha, y resulta muy interesante comprobar in situ por qué se trata de un vino tan personal. Cuando conoces las uvas y pruebas sus caldos, entonces lo entiendes todo.
En Galicia existen cinco denominaciones de origen y, en contraposición con el resto, la de Ribeira Sacra destaca por producir más tinto que blanco. De hecho, el 20% son blancas, donde predomina el Godello, y el 80% tintas, de las que el 70 son Mencía y el otro 10 otras uvas tintas más especiales y difíciles como Merenzao y Brancellao. La superficie es pequeña y el clima extremo, muy caluroso en verano y muy frío en invierno, y las cepas se apañan para introducir sus raíces en un suelo de piedra y escasa tierra.
Entre las 100 bodegas que hay en la Ribeira Sacra se producen unos cuatro millones de botellas al año, vinos todos ellos que se han ganado su reconocimiento a pulso y que hacen las delicias de los paladares más exigentes.
UN PASEO EN BARCO POR EL RÍO SIL
Y no habría visita completa a la Ribeira Sacra si no aprovecháramos para navegar por las aguas del río Sil o del río Miño. Tanto en uno como en otro disponemos de varios embarcaderos con barcos y catamaranes para realizar una tranquila travesía fluvial. En el río Sil encontramos los embarcaderos de Santo Estevo (Nogueira de Ramuín), Abeleda (A Teixeira), Doade (Sober) y Los Chancís (Sober). Mientras que en el Miño están los de Belesar (Chantada) y el de los Peares (A Peroxa). Las salidas están sujetas al nivel de agua de ríos y embalses, pero por lo general se realizan con regularidad.
Los paseos tienen una duración de entre hora y media y dos horas, y no conseguirás mejor perspectiva de la Ribeira Sacra que desde las aguas de sus ríos. Desde aquí podrás descubrir viejos viñedos casi olvidados, aunque muchos de ellos explotados, en bancales de una verticalidad imposible en los que solo hay acceso desde el río, por lo que la vendimia se recoge desde pequeñas barcas. Si eso no es suficientemente heroico, que venga Hércules y lo vea.