Juliana Merçon colabora en la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos para la creación de un reporte global, cuya finalidad es incluir a voces que generalmente no son escuchadas cuando se toman decisiones gubernamentales en materia ambiental.
En el proceso colaboran 74 autores expertos de todos los continentes y el documento tendrá repercusión en 132 países membros.
Juliana Merçon en Vitoria Gasteiz, País Vasco, donde se realizó el segundo encuentro de autores de IPBES.
Karina de la Paz Reyes Díaz.
La Universidad Veracruzana (UV), a través de la académica del Instituto de Investigaciones en Educación (IIE), Juliana Merçon, participa en la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES, por sus siglas en inglés), cuya finalidad es la elaboración de una evaluación global sobre la inclusión de valores múltiples en la toma de decisiones ambientales. En este reporte participan 74 expertos de más de 40 naciones para ofrecer recomendaciones con base científica a 132 países miembros.
IPBES es una plataforma creada en 2012 para establecer un puente entre la ciencia y la formulación de políticas públicas, de tal manera que tomadores de decisiones cuenten con elementos científicos que contribuyan a que la conservación y el uso sustentable de la biodiversidad sean considerados e incluidos en los sistemas normativos, como informa la página oficial: https://www.ipbes.net/
IPBES está vinculada a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de cuatro agencias: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y para el Desarrollo (PNUD).
La trayectoria académica de Juliana Merçon destaca por más de 16 años dedicados a proyectos socioambientales en su natal Brasil, posteriormente en Australia y desde 2011 en México, como investigadora adscrita al IIE de la UV.
“Desde la investigación-acción participativa mi trayectoria ha sido marcada por la relación entre la academia y actores múltiples, principalmente grupos organizados de la sociedad civil (ya sea asociaciones, cooperativas, redes o movimientos socioambientales). Muchos de éstos reúnen a actores campesinos y también de pueblos originarios”, comentó en entrevista para Universo.
“Mi participación en IPBES ocurre a través de un nombramiento que es un reconocimiento a la trayectoria académica y al tipo de expertiz que puedo aportar al proceso”, admitió.
Una vez concluido el documento en el que trabajan Juliana Merçon y sus colegas, pasará a revisiones por los gobiernos signatarios y posteriormente, en 2022, será discutido y aprobado en una plenaria de la ONU.
“Si bien no será un instrumento vinculante para los gobiernos signatarios, es decir, que no necesariamente lo tienen que aplicar, sí representará un compromiso político”, aclaró la académica. “Asimismo, el reporte constituye un instrumento para que la sociedad civil ejerza presión sobre los gobiernos que no cumplan con las recomendaciones que han sido aceptadas por ellos mismos”.
Equipo de autores de la evaluación sobre valores múltiples de la naturaleza de IPBES
Choque de valores y exclusión
El objetivo del reporte acerca de los valores múltiples sobre la naturaleza es proveer conocimientos estratégicos para que la toma de decisiones en materia ambiental pueda reconocer e incluir voces usualmente excluidas.
“Los valores que predominan hoy en día en las decisiones ambientales son económicos y reflejan relaciones de mercantilización o ‘comodificación’ de la naturaleza. En la política institucional también participan algunos discursos científicos, pero hay muchos valores y narrativas que son completamente excluidos.
”Muchos de estos valores excluidos son fundamentales para la creación de rutas colectivas hacia la sustentabilidad y provienen de pueblos originarios, comunidades campesinas y también de poblaciones urbanas que cultivan formas de relación con la naturaleza basadas en la reciprocidad y el cuidado.”
En opinión de la académica, la inclusión de valores múltiples ayudará a la construcción de futuros más justos y sostenibles, pues actualmente hay muchos casos en los que las políticas públicas y programas de gobiernos nacionales no reflejan lo que se ha logrado construir en términos prácticos y discursivos en la base de la población.
“Muchas veces la alianza de los gobiernos con el sector privado y las corporaciones intensifica el choque de valores y conflictos correspondientes, con efectos devastadores para poblaciones cuyo modo de vida se basa en valores y prácticas distintos a los del modelo político-económico dominante”, afirmó la investigadora.
El informe del que da cuenta la académica del IIE, es una apuesta por incluir a voces generalmente no escuchadas cuando se toman decisiones gubernamentales. Lamentablemente, dijo, la tendencia marca un aumento en los conflictos socioambientales, especialmente en el sur del planeta.
Para ella, “la cuestión política fundamental sería cómo construir procesos políticos que permitan un verdadero diálogo de saberes y de formas de valoración, para que puedan predominar los valores que atienden a las demandas de justicia y sustentabilidad”.
Remarcó que el documento es de especial importancia para los grupos que generalmente son marginados de las políticas medioambientales. Si bien estará dirigido a gobiernos, será un “instrumento de presión” que apoyará a los movimientos socioambientales y grupos organizados.
Apuesta por la justicia y la sustentabilidad
Refirió que los trabajos iniciaron en noviembre de 2018 con la intención de sistematizar la información que da referencia a múltiples maneras de valorar la naturaleza, y que ha sido generada no sólo en la academia, sino en otras esferas –como las organizaciones no gubernamentales, movimientos sociales y colectivos.
“Tenemos que finalizar el documento en 2021. Son tres años de construcción de este reporte que tendrá más de mil cuartillas. Cada año pasamos por un ciclo, recientemente terminamos el primer borrador, que pasó por revisiones externas por evaluadores de distintos sectores sociales de varios países.”
Con el fin de ofrecer retroalimentación al documento, el 20 de septiembre de este año se realizó en el Centro de Investigaciones Tropicales de la UV un ejercicio de revisión externa que se sumó a otros realizados en México. Participaron académicos, miembros de organizaciones de la sociedad civil y del gobierno local involucrados con procesos socioambientales.
“Como resultado de este primer ciclo de revisión externa los autores de la evaluación recibimos más de dos mil 500 comentarios. Tenemos que revisarlos y responder puntualmente a aquellos referentes a las partes que coordinamos. Y así, con estas múltiples miradas externas, iremos consolidando el documento”, comentó Juliana Merçon, a manera de ilustrar lo inclusivo que es este ejercicio.
Además de los evaluadores, ya sea de la academia, del sector gubernamental o de organizaciones de la sociedad civil, en cada ciclo se realiza un taller con representantes de pueblos originarios de todas las regiones del mundo. Uno de ellos fue en Calpulalpan, en la Sierra de Juárez de Oaxaca, donde se dieron cita indígenas de varias naciones.
La académica también contribuyó en este taller, además de dedicarse a la integración transversal de conocimientos tradicionales, por medio de su participación en el grupo encargado del área de conocimientos indígenas y de poblaciones locales.
Para concluir, la entrevistada abundó que será un documento de utilidad para los gobiernos, una fuente de aprendizaje, toda vez que habrá un capítulo íntegro de recomendaciones sobre qué se puede hacer para construir y fortalecer capacidades, formular políticas públicas y abrir espacios de participación real, “no simulada ni manipulada”.
Además, destacó, aportará a los pueblos, comunidades y organizaciones de la sociedad civil, por medio de conocimientos estratégicos para la negociación y decisión en materia socioambiental.
“A través de la UV estamos participando en la construcción de caminos locales, nacionales e internacionales que apuestan a una mayor justicia y sustentabilidad. La iniciativa de IPBES es de enorme importancia para México, que es un país biológica y culturalmente megadiverso.
”La participación de valores plurales y no hegemónicos en la definición del tipo de futuro que queremos es una cuestión ético-política y epistémica necesaria, que podrá ayudarnos a crear alternativas para la crisis socioecológica actual y los numerosos conflictos que nos confrontan.”
En el proceso colaboran 74 autores expertos de todos los continentes