El libro Desplazadas por la guerra: Estado, género y violencia en la región triqui (2019), de Natalia de Marinis, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Unidad Regional Golfo (CIESAS-Golfo), fue presentado en el Salón Azul de la Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana (UV).
Este ejercicio académico se desarrolló el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer; participaron, además de la autora, las académicas Estela Casados González y Verónica Moreno Uribe.
El evento fue organizado por el Seminario Permanente “Violencias contra mujeres en Veracruz” del CIESAS-Golfo y la Facultad de Antropología de la UV, mismo que es coordinado por las tres académicas ya citadas.
Natalia de Marinis trabaja temas de género, pueblos indígenas y su relación con el Estado, violencia e interseccionalidad. Actualmente, realiza una investigación sobre violencia contra mujeres indígenas y acceso a la justicia en la sierra de Zongolica, Veracruz. Una muestra de su trabajo es el libro en mención, cuya la sinopsis indica:
“En 2009, un grupo de mujeres triquis desplazadas se instaló en el zócalo de la ciudad de Oaxaca para reclamar el retorno a su pueblo con justicia y seguridad, y denunciar la masacre que acontecía en San Juan Copala contra todas las familias pertenecientes al movimiento por la autonomía. Por primera vez, las mujeres rompían el silencio y visibilizaban el desplazamiento forzado como agravio oculto de tantas décadas de conflicto armado y violencia política, que los triquis llaman zaniuu’a y traducen como ‘guerra’.
”Desplazadas por la guerra, basado en seis años de trabajo etnográfico en la región triqui y en el plantón de desplazados, recupera los testimonios de las mujeres en medio de la masacre y el despojo y sus memorias en torno a la guerra histórica.”
A decir de Estela Casados, se trata de un trabajo interesante, intenso y “sumamente fuerte”, que documenta desde el quehacer antropológico lo que sucede en el país.
En tanto, Verónica Moreno destacó la riqueza etnográfica de la obra y describió minuciosamente una serie de ejes analíticos que se encuentran ahí.
“La lectura del libro es, en un sentido, alentadora, pero también preocupante. Es un libro denso en su contenido, en la experiencia que narra, en sus implicaciones, en lo que devela y es todo un reto. A mí en lo personal me interpeló profundamente, puesto que provengo de un país donde el tema del desplazamiento forzado está muy presente y tiene una impronta en las vidas de muchas personas”, dijo.
Por: Karina de la Paz Reyes Díaz