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La Jornada

Devolverle a la pintura su importancia como lenguaje estético es el mensaje que permea la exposición Orozco. Artistas en diálogo. Thomas Newbolt y Roberto Parodi, proyecto conjunto de los museos Antiguo Colegio de San Ildefonso y Palacio de Bellas Artes (MPBA). El detonador del proyecto fue la obra de José Clemente Orozco (1883-1949), cuyos murales se albergan en ambos recintos.

Se trata de generar nuevas reflexiones sobre la colección permanente de murales que éstos museos comparten. El MPBA desarrolla el proyecto Reverberaciones que consiste en invitar a artistas contemporáneos para revisar la colección permanente del recinto. La muestra comprende 96 piezas, incluidos los murales, de las que 70 obras fueron comisionadas ex profeso. También se incluyen ocho bocetos de Orozco.

Tanto Newbolt (Londres, 1951) como Parodi (Ciudad de México, 1957) son pintores. No se conocían antes del proyecto y cada quien trabajó en su estudio. Todas las obras son individuales. Sin embargo, en cierto momento Parodi viajó a Inglaterra para visitar el estudio de Newbolt, y “envolverse en su manera de trabajar”, según Gabriela Castillo Domínguez, cocuradora junto con Roxana Romero Muñoz.

A la par, Newbolt realizó varias visitas a la Ciudad de México, en las que acudió al estudio de Parodi. “A nivel curatorial lo que hicimos fue empapar a los artistas en el lenguaje orozquiano, por ejemplo, visitar varios acervos para conocer la obra de caballete y los dibujos”, agregó Castillo Domínguez.

Aunque ninguno habla el idioma del otro, hubo comunicación por medio de cartas que fueron traducidas, expresó Parodi. “Viajamos a Guadalajara para visitar el Hospicio Cabañas, el mural Sublevación y el Taller José Clemente Orozco. En mi caso, trabajé a partir de la obra epistolar del muralista, mientras que Thomas lo enfocó desde otro ángulo.

“Para mí fue toda una katharsis, como se llama el mural que está en el Palacio de Bellas Artes, porque a partir de Orozco tuve que hacer una revisión de mi propia historia, del contexto de mi generación y la del artista jaliciense. Es de una época muy distinta a la que vivimos ahora, situación que tuvo una repercusión directa en la obra de los muralistas. Eso me hizo ver unas deficiencia en nuestro sistema educativo y también percatarme de cosas nuevas que Orozco no pudo ver, que son distintas”.

Newbolt relató que hace 25 años recibió como regalo un libro de pinturas de Orozco: “Siempre he dicho que odiaba su trabajo. Me pareció muy complicada y lleno de nudos. Poco a poco, a la manera de un pintor, a mis 45 años empecé a estudiarlo. De repente todos los demás artistas se volvieron aburridos, con menos que decir. Ahora, esto conduce a una observación controvertida. En todas mis visitas a ver los murales con Roberto, me di cuenta que la percepción pública de Orozco no era suficiente. Las personas no iban más allá de lo que veían”.

Orozco. Artistas en diálogo. Thomas Newbolt y Roberto Parodi, abrió al público este jueves en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, Justo Sierra 16, y el próximo 7 en el Museo del Palacio de Bellas Artes, ambos en el Centro Histórico. Permanecerá hasta el 1 de marzo.