En las últimas décadas se aceptó que los neandertales tenían una serie de habilidades, como la de hacer ciertas manifestaciones simbólicas en cuevas, que al principio solo se atribuían al Homo sapiens y, ahora, un nuevo estudio suma una última: al parecer nuestros antepasados eran capaces de bucear.
Y es que, algunos neandertales pudieron haber pasado mucho tiempo en la playa e, incluso, haber buceado en las aguas del Mar Mediterráneo en busca de conchas de almeja para hacer herramientas.
Esta es la principal conclusión de un estudio que publica la revista Plos One firmado por científicos de la Universidad de Colorado en Boulder (EU.), de las universidades italianas de Roma Tre, La Sapienza y la de Pisa, del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia y de la Universidad de Ginebra (Suiza).
En 1949 un equipo de científicos halló en la Cueva de Moscerini, en la actual región de Lacio (Italia central), docenas de conchas marinas que los neandertales recogieron y luego transformaron en herramientas afiladas; estas datan de hace unos 100 mil años.
Ahora, un equipo dirigido por Paola Villa de la Universidad de Colorado sacó a la luz “nuevos secretos” vinculados a estos hallazgos: el estudio sugiere que los neandertales no solo recolectaban conchas que estaban tiradas en la playa, sino que posiblemente hayan “contenido la respiración y se hayan sumergido en busca de conchas perfectas para satisfacer sus necesidades”.
De los neandertales era conocida su habilidad para fabricar puntas de lanza en piedra, pero hasta ahora existían pocos ejemplos de la conversión de conchas en herramientas, explica en una nota la Universidad de Colorado.
En los hallazgos de Moscerini se demostró que estos usaban martillos de piedra para astillar las conchas, formando bordes cortantes que se habrían mantenido afilados y delgados durante mucho tiempo.
Pero, ¿recogieron los neandertales estas conchas como lo hacen ahora muchos bañistas mientras dan un paseo por la orilla de la playa?,esto es lo que el equipo de Villa trató de dilucidar.
Para averiguarlo, los científicos analizaron de nuevo las citadas herramientas más detenidamente usando distintas técnicas, entre ellas la microscopía electrónica de barrido, explica a Efe, Villa.
En sus análisis encontraron que casi una cuarta parte de las conchas/herramientas (40 en total) presentaban un exterior brillante y liso, mientras que el resto tenía un exterior opaco y ligeramente desgastado. Esto último, apunta Villa, es lo que se esperaría ver en conchas que han sido arrastradas por y hacia la arena de la playa.
Así que las que son más brillantes debieron de ser recolectadas como animales vivos directamente del fondo del mar, concluye.
“Por supuesto, no tenían equipo de buceo”, pero “es muy posible que los neandertales estuvieran recolectando conchas de dos a cuatro metros de profundidad”.
Los investigadores también encontraron un gran número de piedras pómez en la misma cueva que pudieron haber sido usadas como herramientas de abrasión; estas piedras, según este nuevo estudio, pudieron ser arrastradas a la playa de Moscerini por las erupciones volcánicas que ocurrieron a más de 24 kilómetros al sur.
No es la primera vez que un trabajo apunta esta conexión de los neandertales, ahora mucho más cercana, con el mar. Un equipo dirigido por el antropólogo Erik Trinkaus identificó en su día el crecimiento óseo en las orejas de algunos esqueletos de neandertal.
Esta característica, denominada “oído de nadador o del surfista o buceador”, se encuentra en las personas que hoy en día practican deportes acuáticos.
Para Villa, los hallazgos ahora publicados son “una prueba más de que los neandertales eran tan flexibles y creativos como sus parientes cuando se trataba de ganarse la vida”, lo que supone un “fuerte contraste con su representación en la cultura popular como toscos cavernícolas que vivían de la caza o recolección de mamuts”.
“La gente está empezando a entender que los neandertales no solo cazaban mamíferos grandes. También hacían cosas como pesca en agua dulce e incluso buceo”.