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Universidad Veracruzana

  • Raquel González Rivadeneyra cursó un semestre en la Universidad de Santo Tomás, en Bucaramanga, Colombia.  
  • Desde su ingreso a la Universidad Veracruzana, su meta siempre fue realizar una estancia internacional.

La universitaria hizo amistad con jóvenes de Estados Unidos, Costa Rica, Perú y Argentina.

Claudia Peralta Vázquez 

La movilidad me hizo más paciente, flexible, tolerante, respetuosa hacia las diferencias y con una mente más abierta y global; siento que crecí como persona”, expresó Raquel González Rivadeneyra, alumna de la Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales (FCAS) de la Universidad Veracruzana (UV), tras haber hecho una estancia semestral en la Universidad de Santo Tomás, situada en Bucaramanga, Colombia. 

Apoyada por el Programa de Movilidad de la UV (Promuv), entre julio y diciembre del año pasado la estudiante de octavo semestre de la Licenciatura en Relaciones Industriales estuvo en Colombia con la finalidad de aprender más sobre su cultura y cursar cuatro experiencias educativas (EE) relacionadas con su carrera. 

Desde su ingreso a la UV, Raquel se preparó para hacer esta movilidad, y aunque no sabía a qué universidad o nación iría, confiesa que siempre se esforzó por obtener buenas calificaciones, practicar el inglés y cumplir con todos los requisitos que le solicitarían cuando llegara esa oportunidad. 

Entrevistada el pasado 5 de febrero, tras la ceremonia de bienvenida a universitarios de movilidad nacional e internacional, que tuvo lugar en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI), la joven expresó que durante esa estancia sintió mucho orgullo por ser alumna de la UV, pues sus conocimientos, aptitudes y habilidades destacaron del resto de sus compañeros. 

En la Universidad de Santo Tomás cursó las EE Simulación y Juego Gerencial, Planeación Estratégica, Seguridad e Higiene en el Trabajo y Competencias Comunicativas, de las que aprendió cosas nuevas, pues allá se abordan conceptos distintos, pero al final todo se complementó. 

Asimismo, sus participaciones en clase fueron constantes y abonaron a la formación de sus compañeros, quienes recurrían a ella cuando algo no comprendían; incluso, los académicos de esa universidad también reconocieron la calidad y enseñanza de la UV, y por lo mismo le exigieron más para que su rendimiento no disminuyera. 

“Me ponían a exponer temas más difíciles que a los demás, pues vieron que el nivel de la UV es alto.” 

 A partir de esta experiencia, dinero que llega a sus manos lo ahorra porque no duda en viajar nuevamente y conocer más personas que incidan favorablemente en su formación académica y personal. 

En este sentido, se mostró contenta por haber incluido entre sus contactos y amigos a jóvenes de universidades de Estados Unidos, Costa Rica, Perú y Argentina, que al mismo tiempo hicieron movilidad en Colombia. 

Me encantó irme de movilidad, cuando regresé me dio una depresión porque allá estaba tan feliz, la escuela era increíble y me trataron muy bien, todos fueron amables y me sentí bienvenida”.