- José Carlos Domínguez Cházaro, egresado de la Facultad de Biología, abordó el tema en su trabajo de tesis.
- Participó en el Seminario del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB), el miércoles 11 de marzo.
Claudia Peralta Vázquez.
– Al participar en el Seminario del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB) de la Universidad Veracruzana (UV), el pasado 11 de marzo, José Carlos Domínguez Cházaro, egresado de la Facultad de Biología, expuso la importancia de un estudio sobre hormigas arrieras y los beneficios que éstas aportan a otros artrópodos.
En el auditorio de la Facultad de Biología, ante estudiantes, académicos e investigadores, abordó el tema: artrópodos asociados a basureros de Atta Mexicana (Hymenoptera: Formicidae) en Xalapa, Veracruz, resultado de su trabajo de tesis.
Comentó que también es parte de un proyecto de investigación acerca de la distribución de la hormiga Atta Mexicana en esta ciudad, mejor conocida como arriera.
Estas especies de hormigas, propias del centro del país, se caracterizan por ser cortadoras de hojas, pero no para su consumo, pues al introducirlas a los nidos y hormigueros las cortan, trituran y hacen una pasta que les servirá para el cultivo de un hongo con el que sí se alimentan.
El joven subrayó que dicha actividad generalmente ocasiona desechos de las mismas hormigas que mueren o hasta de los hongos, y los depositan en un basurero afuera del nido, rico en materia orgánica.
Asimismo, éste es aprovechado como fuente de alimento, refugio o para desovar por otros artrópodos, entre los que se mencionan a invertebrados como: insectos, arácnidos, crustáceos y miriápodos.
De hecho, algunas especies pueden pasar toda su vida asociada a los basureros, explicó.
“Nosotros queríamos probar qué tan efectivos son los basureros como refugio para los artrópodos, digamos que son buenos porque se encontró mayor riqueza en número de especies, de familias y abundancia dentro y en los alrededores del mismo.”
A través de esta acción, las hormigas proporcionan a otros artrópodos un lugar para sobrevivir, desarrollar sus ciclos de vida y sitios sin condiciones adversas.
Domínguez Cházaro dio a conocer que su labor durante un semestre consistió en colectar artrópodos que se encontraban sobre la superficie del basurero, dentro y alrededor de éste. Luego vino la identificación de especies, descripciones de datos y análisis.
El trabajo en campo tuvo lugar en el sur de la ciudad donde se concentran más nidos, en comparación con zonas de mayor altitud, pues ahí casi no los hay.
“Con eso demostré que hay más beneficios por parte de las hormigas arrieras, incluso otros estudios reportan más beneficios aún en áreas urbanas y perturbadas por el hombre.”