Entidades académicas de la Universidad Veracruzana han flexibilizado sus actividades por la emergencia sanitaria.
El Centro de Investigaciones Cerebrales da continuidad a las actividades de posgrado de manera virtual.
Elizabeth Vázquez.
La adaptabilidad y la resolución creativa de problemas son habilidades básicas que deben promoverse entre los estudiantes de todos los niveles y esta situación de excepcionalidad que vivimos ante la emergencia sanitaria que impone el Covid-19 es una buena oportunidad para ponerlas en práctica, afirmó Jorge Manzo Denes, director del Centro de Investigaciones Cerebrales (Cice) de la Universidad Veracruzana (UV).
El investigador se refirió a la continuidad que esta entidad ha dado a su trabajo de docencia e investigación con el apoyo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Informó que la plantilla académica del Doctorado en Investigaciones Cerebrales (DIC) que ofrece el Cice tomó medidas de forma inmediata ante el aviso oficial de suspensión de las clases presenciales, a fin de dar continuidad a las actividades del posgrado de manera virtual.
“En este ejercicio, hemos sido conscientes de la necesidad de flexibilizar nuestras prácticas docentes y adaptarlas a un entorno que nos da posibilidades diferentes a las estructuras ya conocidas, pero que pueden ser muy enriquecedoras tanto para el profesor como para el estudiante”, añadió.
Lo que necesariamente ha requerido una pausa es la investigación experimental, cuya realización demanda la presencia de los estudiantes en los laboratorios. No obstante, la coordinadora del DIC, María Elena Hernández Aguilar, insistió en que esta coyuntura exige el desarrollo de otras competencias tan fundamentales como el trabajo en el laboratorio.
“La labor científica demanda profesionales críticos, analíticos y propositivos, con disciplina, autonomía y compromiso, y ante esta situación extraordinaria lo que corresponde es poner a prueba estas cualidades, fundamentales en quien aspire ser un buen investigador; en su momento, haremos lo necesario para recuperarnos en el área experimental”, señaló la investigadora María Elena Hernández.
Para dar cuenta del progreso de sus estudiantes y planificar nuevas acciones, los investigadores del Cice sostienen reuniones virtuales periódicas, a partir de lo cual también se han establecido mecanismos de evaluación.
“Hasta ahora las clases se han desarrollado de manera satisfactoria, considerando que se trata de una situación excepcional, y haremos lo que esté en nuestras manos para ir mejorando pese a las limitantes a las que nos enfrentamos; no podemos parar en la empresa de crear una nueva generación de profesionales que, a través del idioma universal de la ciencia, contribuya a la resolución de problemas tan complejos como el que vivimos actualmente”, indicó Manzo Denes.
Finalmente, reconoció que es en los momentos de crisis cuando la desigualdad social se hace más evidente y lamentó la situación de enorme desventaja que vive un porcentaje muy importante de los estudiantes que se han visto afectados por la suspensión de clases presenciales.
“A nivel nacional más de 36 millones de estudiantes se encuentran en situación de confinamiento y sabemos que no todos están en condiciones de acceder al aprendizaje en línea, es una gran deuda que debemos subsanar; por eso, aquellos que contamos con ese beneficio tenemos que dar lo mejor de nosotros mismos y luchar para construir una realidad más justa y equitativa”, concluyó.