Un total de 25 estudiantes de diversos programas educativos (PE) de la Universidad Veracruzana (UV), con sobrepeso y obesidad, formaron parte de un programa psicoeducativo que les permitió disminuir el porcentaje de grasa e índice de masa corporal, pero sobre todo mejorar sus prácticas saludables aun en situaciones de convivencia social.
Este resultado fue posible gracias a un proyecto de investigación desarrollado entre 2018 y 2019 por Andrea López Maupomé, estudiante del Doctorado en Psicología de la UV, del Instituto de Investigaciones Psicológicas.
“Desarrollo de habilidades conductuales alimentarias en situaciones de convivencias para el tratamiento del sobrepeso y obesidad en estudiantes universitarios”, es el título del trabajo dirigido por Francisco Javier Rosas Santiago, investigador de ese instituto.
López Maupomé indicó que el estudio lo llevó a cabo consciente de que, para muchos jóvenes, el ingreso a la Universidad conlleva una serie de cambios en sus hábitos alimenticios, ya sea porque los tiempos no son flexibles, deben permanecer todo el día en la Facultad, no desayunan ni comen y aparte llevan una vida social activa.
Por esta razón, su alimentación se ve totalmente afectada, situación que reflejan otras investigaciones nacionales e internacionales sobre obesidad en universitarios, al precisar que al concluir sus estudios presentan un considerable aumento de peso.
El cambio de hábitos provoca que este sector sea vulnerable debido al estrés, tiempos, horarios, compromisos, es decir todo lo que implica una vida adulta.
La egresada de la Facultad de Nutrición de la UV y de la Maestría en Ciencias de la Nutrición Humana de la Universidad Autónoma de Querétaro, comentó que a partir de una convocatoria abierta a toda la comunidad universitaria de la región Xalapa, inició el proyecto con la participación de 25 alumnos de diferentes PE.
Entre éstos destaca: Arquitectura, Relaciones Internacionales, Administración, Psicología, Pedagogía, Biología, Derecho, Estadística e Informática, Lengua Inglesa, Bioanálisis, Ingeniería de Alimentos, Ingeniería Civil, Contaduría, Negocios Internacionales, Publicidad y Relaciones Públicas e Instrumentación Electrónica.
Todos ellos fueron seleccionados con base en varios criterios como: índice de masa corporal mayor a 24.9, sobrepeso, obesidad grado uno, edad promedio entre 18 y 25 años, y con vida social activa.
Explicó que se conformaron dos grupos. El primero, constó de 12 jóvenes a quienes se les estableció un plan nutricional, a cada uno de ellos se les dio seguimiento durante tres meses. El segundo, estuvo integrado por 13 estudiantes, quienes además del plan nutricional llevaron un programa psicoeducativo, que consistió en pláticas acerca de qué porciones y cantidades debían consumir aun al disfrutar de la compañía de sus amigos.
Lo anterior, con el fin de que siguieran la dieta con mayor facilidad, pues está comprobado que durante esas situaciones de convivencia se olvidan del plan, de la dieta, comen lo que quieren y ya no regresan a la consulta nutricional.
Por ejemplo, durante las cuatro sesiones de pláticas se les brindaron opciones saludables y la forma de cómo seleccionar esos alimentos, incluso los que contienen muchas grasas y azúcares.
“Si había esos alimentos se les establecía cuánto podían comer o cuál era la cantidad, sobre todo para que la convivencia no se viera afectada.”
Andrea López destacó que al final comparó ambos grupos y el resultado fue que los participantes del programa psicoeducativo tuvieron mejores resultados en cuanto a composición corporal y hábitos alimentarios.
“Bajaron porcentaje de grasa, índice de masa corporal, mejoraron sus hábitos en cuanto a prácticas saludables y disminuyeron la ingesta alimentaria, lo que es igual a comer en exceso cuando no es necesario.”
La alumna de posgrado subrayó que esta investigación abona en el sentido de analizar otras opciones basadas en la prevención dentro de las consultas nutricionales que reciben a su ingreso a la UV.
El estudio también le permitió darse cuenta de que los participantes mostraron confianza y motivación para actuar correctamente durante la convivencia, pues por lo general durante un plan nutricional suelen evitar la socialización para no correr riesgos.
“El resultado fue efectivo y representa un nuevo camino de desarrollo dentro del campo de la nutrición, ya que las consultas a veces son muy generales.”
Por: Claudia Peralta Vázquez