La emergencia sanitaria generada por la pandemia de SARS-CoV-2 que dio paso al coronavirus (Covid–19), obligó a una cuarentena que implica desarrollar conductas flexibles y adaptativas, y disparó estados de ansiedad en las personas acompañados de un elevado nivel de incertidumbre por la información difundida sobre probables vías de contagio, expresó Arturo Marinero Heredia, catedrático de la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana (UV).
Sin embargo, el también Coordinador de la Unidad de Intervención Psicosocial (Unipso) de la misma entidad académica, afirmó que esta ansiedad no es nada anormal puesto que, aunque alguien sea distinto en lo externo, en lo psicológico puede haber variantes “pero la situación vinculada con la pandemia es un estresor que puede incidir en nuestra calidad de vida”.
En el caso de los niños, dijo que los padres deben estar muy al cuidado de su salud, debido a que deben permanecer mucho tiempo en casa, algo no habitual y que va a disparar rispideces, conflictos por la convivencia y si éstos ya son previos la situación se puede agravar. “La idea de estar en familia es bonita y se debe de aprovechar, pero también puede tener efectos contrarios, sobre todo cuando hay tensión dentro, por lo que los padres tienen que estar atentos a que la dinámica que existe en casa no se desborde”.
El profesional de la psicología dijo que lamentablemente familias de escasos recursos económicos no tienen acceso a servicios como la Internet, por lo que sus hijos tienen que practicar otros juegos, muchos de ellos típicos y tradicionales, y desarrollar actividades a las que no están habituados.
“Es difícil dar una receta de cómo cuidar la salud mental, porque también depende del tipo de recursos con los que cuente cada familia; en cambio, hay otras que tienen posibilidades de hacer visitas virtuales a museos o ejercitarse a través de YouTube, pero hay gente que no tiene eso y entonces las condiciones económicas también determinan la salud mental. Es importante que los niños mantengan una rutina similar a la de la escuela, aunque sea a través de las clases por televisión.”
Marinero Heredia sugirió una recomendación básica: ver a una determinada hora noticias sobre la situación actual de la pandemia, pero no saturarse de esa información que puede llevar a una situación catastrófica y caer en depresión o angustia, aunque también personas con recursos económicos que ven restringidos sus vínculos sociales pueden caer en depresión y tener la sensación de catástrofe o de crisis.
Otro factor de riesgo es que personas con pocas relaciones sociales y absolutamente confinadas pueden caer en adicciones como el uso excesivo de redes sociales y la televisión, consumo de alcohol y en algunos se puede incrementar la violencia intrafamiliar “porque las personas no saben vivir tanto tiempo juntas, provocando situaciones de violencia”.
Por otra parte, dio a conocer que a través de la Unipso, la Red Latinoamericana de Psicología en Emergencias y Desastres, de la que forma parte la Facultad de Psicología UV, les compartió una guía de recomendaciones psicológicas para enfrentar la pandemia, en la que explica los pensamientos asociados al coronavirus y hace referencia también a la situación del confinamiento.
El documento, elaborado por profesores de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), expone que entre las emociones que se pueden presentar están el miedo a perder la salud y las posibles consecuencias de la enfermedad; la frustración por la sensación de pérdida de libertad y la dificultad para llevar adelante proyectos y actividades personales que se tuvieron que posponer o cancelar; otros sentimientos son de soledad, encierro, tristeza, ansiedad, enojo, ambivalencia y aburrimiento.
Contiene también un apartado con recomendaciones muy generales, dependiendo de las condiciones de cada familia, como: mantener los horarios de sueño, no sobreexponerse a noticias y consultar solamente fuentes confiables, aunque no se vaya a salir de casa quitarse la ropa de dormir para evitar la sensación de discontinuidad y poder organizar los ciclos del día, proponerse aprender algo nuevo a través de tutoriales o cursos online, y hacer una rutina de ejercicios físicos periódicamente en casa.
Finalmente, Arturo Marinero Heredia dijo que quienes requieran apoyo psicológico telefónico o estén interesados en conocer la guía completa elaborada por la UBA, pueden contactarlo en su correo amarinero@nulluv.mx, o cuando concluya el confinamiento acudiendo a la Facultad de Psicología, que se ubica en la calle San Cristóbal sin número, Unidad Habitacional Nuevo Xalapa.