A través de esta iniciativa, tres jóvenes de la ciudad que trabajan en su elaboración obtienen ingresos al comercializarlas a bajo costo.
Ranulfo Osvaldo González Paredes.
La pandemia de Covid-19 que azota al mundo no tan sólo ha afectado al sistema de salud de los países, también ha debilitado la economía de la mayor parte de las naciones, principalmente de aquellas en las que un gran porcentaje de sus pobladores trabaja en la informalidad.
Frente a esta realidad, en diversos lugares han surgido actores e instituciones que con sus posibilidades han hecho frente a los efectos negativos de esta enfermedad, y desde sus lugares de residencia presentan opciones para paliar la crisis que trae consigo.
Ranulfo Osvaldo González Paredes, catedrático jubilado de la Universidad Veracruzana (UV), fabrica mascarillas para prevenir el contagio de Covid-19, que distribuye en Papantla, localidad en que radica, y en ciudades cercanas como Poza Rica y Tuxpan.
El ex docente que impartió cátedra por 36 años en la Facultad de Ciencias Químicas de la región Poza Rica-Tuxpan de la UV –hasta 2013 en que se jubiló–, compartió que para elaborar estas mascarillas utiliza acetato y micas de plástico, además de elástico y unicel.
Mencionó que esta idea le surgió ante la escasez de cubrebocas en la región, y el incremento exorbitado de sus precios en los pocos lugares que son comercializados.
Explicó que decidió fabricar mascarillas de acetato debido a que éstas ofrecen una mejor protección que los cubrebocas, y a que su durabilidad es mayor.
“El principal inconveniente de los cubrebocas es que su periodo de uso es muy corto ya que son desechables, mientras que una mascarilla de acetato o con una mica de plástico es fácil de limpiar con alcohol y puede servir hasta un par de meses”, afirmó.
Comentó que cuando comenzó a fabricar mascarillas lo hizo con la idea de obsequiarlas e inspirar a las personas a realizarlas, pero que éstas prefirieron pagar por ellas; por ello decidió emplear a tres jóvenes que radican cerca de su casa para elaborarlas y venderlas a 25 pesos, precio accesible para la mayoría de la población.
Detalló que en la fabricación de cada mascarilla gasta aproximadamente 11 pesos en material, por lo que cada una deja una ganancia de 14 que les entrega a los chicos que las realizan, lo que les supone ingresos muy valiosos en estos días en que muchas fuentes de trabajo se encuentran paralizadas.
Osvaldo González relató que ya ha entregado mascarillas a centros de salud de Papantla y El Espinal, y mencionó que no ha podido surtir a más instituciones debido a la dificultad para conseguir la materia prima para realizarlas, ya que tanto el acetato como las micas de plástico son, habitualmente, materiales con poca demanda, por lo que las papelerías que los venden tenían poca existencia de ellos y la agotaron.
“Algunos colegios de la región me han realizado pedidos de hasta 300 piezas, que no he podido entregar al quedarme sin material”, compartió.
El académico jubilado declaró que al ver que diversos miembros de la comunidad de la UV apoyaban a la sociedad frente al Covid-19 con diversas acciones como la elaboración de gel antibacterial, decidió sumarse a esta labor desde su hogar.
“Como catedrático de la UV aprendí que los integrantes de esta casa de estudios nos debemos a la sociedad, y aunque actualmente ya no laboro en ella, es un principio que seguiré toda mi vida”, concluyó.
Carlos Hugo Hermida Rosales.