La directora del Instituto de Investigaciones en Educación (IIE) de la Universidad Veracruzana (UV), Gloria Elena Cruz Sánchez, expuso que ni las instituciones ni las personas estaban preparadas para la pandemia Covid-19, no obstante, la comunidad de esta casa de estudios ha sabido responder desde muy diversos campos del saber.
“Ninguna institución ni universidad estaba preparada, pese a ello la Universidad Veracruzana ha enfrentado todos los problemas y ha dado respuestas parciales y múltiples en diferentes campos, no sólo en la docencia.
”En esta diversidad de soluciones es la comunidad universitaria la que está respondiendo y poniendo en práctica sus conocimientos y experiencias de maneras variadas. Creo que se deben reconocer estos esfuerzos.”
La académica compartió que investigadores del IIE no han podido realizar trabajo de campo.
En su caso, tenían planeadas visitas a escuelas normales de Veracruz para este mes (mayo), como parte de un proyecto de investigación, y no ha sido posible realizarlas. Si bien trabajan en contactar a los docentes por correo electrónico, todos los trámites administrativos han resultado lentos.
El proyecto lleva por título “Educación para el cambio climático en el estado de Veracruz. Programa de formación para docentes normalista” y está inscrito en el Fondo del Programa de Apoyos para Actividades Científicas, Tecnológicas y de Innovación, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
También se detuvo la impresión del libro Conoce y valora el cambio climático, propuesta para trabajar en grupo, el cual ya está publicado en versión electrónica por la UV; ahora, en su versión en papel, contará con más ejercicios, precisamente como material didáctico para el magisterio normalista.
Ahí es donde han visto complicaciones, pues en este periodo de contingencia han mantenido las reuniones habituales de cuerpos académicos o el Consejo Técnico por medio de videoconferencias.
En cuanto a la docencia no han tenido problema, pues se contactan por videoconferencia, correo electrónico y WhatsApp. Sin embargo, remarcó que sí tienen limitaciones: “Podemos desarrollar los contenidos teóricos, pero no hay contacto emocional, no hay charlas con los estudiantes que nos permitan ver cómo reaccionan a los contenidos, cómo los vinculan con su vida diaria”.
Como los estudiantes tienen tiempo disponible, participan favorablemente en los cursos, leen los textos, consultan los materiales que se les envían y hacen las actividades de aprendizaje.
El problema que tienen es de conectividad, expuso la funcionaria universitaria, pues no siempre pueden ingresar a las redes virtuales; ello lo resolvieron ampliando las opciones de comunicación, además ampliaron el horario de interacción, ahora va más allá al preestablecido para las clases.
Al preguntarle qué deficiencias observa del sistema educativo en este periodo de resguardo domiciliario y qué mecanismos propone para corregirlo, opinó en referencia a la educación superior: “Antes se consideraba que la educación a distancia tendría que irse aceptando poco a poco, pero se presentaban muchas dudas laborales y sindicales para poder promoverla.
”Sin embargo, en la actualidad, la educación a distancia se aceptó como la mejor opción y permitió evidenciar que hay un gran sector de maestros que no está capacitado para trabajar en esta modalidad debido a que –para la mayoría de ellos, de todos los niveles educativos– la idea es replicar las clases presenciales tal como lo hacen en el aula, en clases a distancia, y eso no es así.”
En su opinión, la educación a distancia implica aplicar principios de aprendizaje significativo, diseñar actividades que involucren el aprendizaje y olvidarse de las clases tradicionales. Si bien se pueden diseñar exámenes por Internet, en educación a distancia se trata de aplicar otras formas de evaluación que demuestren el logro de los aprendizajes.
Otra gran ausencia desde antes de la pandemia es la educación ambiental, ésta siempre aparece como algo adicionado a otros temas, a ciertos cursos como ecología, medio ambiente, por ejemplo, pero no como protagonista de la formación de ciudadanos.
Ahora, ante el coronavirus SARS-CoV-2 ha sido posible observar cómo es necesario formar a los estudiantes de manera integral; en sus palabras, “como ciudadanos responsables del cuidado de sí mismos, de sus afectos y de las personas que aman, así como del ambiente”.
En ese tenor, la académica hizo una recomendación en términos generales: observar las necesidades de educación de la población –tanto estudiantes, maestros, como la sociedad en su conjunto– y realizar cambios en los contenidos de los cursos, programas educativos y comunicación de masas, pensando en la formación de la ciudadanía.
“Si algo nos ha quedado claro con la pandemia, es que la acción más pequeña en el planeta tiene efecto en toda la población.”