La Universidad Veracruzana (UV) lidera a nivel nacional e internacional una investigación diagnóstica sobre el impacto del Covid-19 en los procesos de enseñanza-aprendizaje en la educación superior, y sus posibles repercusiones en los ámbitos tecnológicos, sociales, económicos y de salud.
Luis Alejandro Gazca Herrera, coordinador de la Maestría en Gestión de las Tecnologías de la Información en las Organizaciones, adscrita a la Facultad de Contaduría y Administración (FCA), dio a conocer que en dicha investigación participa un grupo de profesores e investigadores de universidades mexicanas y extranjeras.
Todos ellos conforman la Red Internacional Académica y de Investigación (GESTIO), cuya misión es promover la internacionalización y cooperación académica.
Como líder de dicho proyecto, la UV se encargará de realizar los estudios comparativos sobre cómo cada institución educativa abordó la problemática y planteó acciones académicas, sociales y sanitarias para reducir al máximo el impacto negativo del Covid-19 en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Actualmente a nivel nacional intervienen esta casa de estudios y la Universidad Autónoma de Tlaxcala, pero están por sumarse profesores e investigadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
A nivel internacional se espera la participación de la Universidad de los Llanos, Colombia, institución que hoy en día lleva a cabo los diagnósticos de las universidades de ese país. También, en breve podrían sumarse instituciones educativas de nivel superior de Perú y Costa Rica.
Con base en los resultados que se obtengan podrán establecerse acciones ante futuras contingencias.
Dicha investigación se fundamenta en lo establecido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y el Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC) en torno a un informe donde se analizan los impactos del Covid-19.
En este sentido, ambas instancias ofrecen recomendaciones a los gobiernos e instituciones de educación superior para que sean atendidas en beneficio de la comunidad académica.
También, se realiza en apego a la convocatoria sobre el apoyo para proyectos de investigación científica, desarrollo tecnológico e innovación de salud ante la contingencia, en la línea de investigación 12 sobre educación, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
El académico planteó que esta pandemia tomó al mundo sin la capacidad de dar una respuesta y solución eficiente a los requerimientos de la educación en línea.
En el caso de la UV, ya se cuenta con un informe del diagnóstico del coronavirus en los procesos de enseñanza-aprendizaje, el cual inició con la fundamentación teórica realizada a finales de febrero y continuó con la recolección de datos del 24 de abril al 3 de mayo.
Para ello, se tomaron en cuenta 42 días de confinamiento a partir del 23 de marzo cuando se declaró el inicio de la jornada de sana distancia por parte de las autoridades gubernamentales.
El profesor de tiempo completo de la Licenciatura en Sistemas Computacionales Administrativos, dio a conocer que el estudio fue de tipo no experimental, exploratorio y cuantitativo, con una metodología conceptual y teórica que permitió llevar a cabo la conceptualización, bajo un proceso deductivo.
Posteriormente, fue diseñado un instrumento con validez y confiabilidad que midió –bajo el criterio de percepción– el impacto en los ámbitos tecnológicos, de capacitación, social, económico y de salud que se han presentado en la comunidad académica a causa del Covid-19 en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
En este caso, el instrumento se aplicó a un total de 512 profesores y 954 estudiantes de todas las licenciaturas, áreas académicas y regiones universitarias.
El especialista enfatizó que ningún país ni institución educativa estaba preparada para enfrentar esta pandemia; sin embargo, lo más importante será identificar nuevas áreas de oportunidad para planear, con la menor certidumbre posible, lo que viene en un futuro inmediato.
Los resultados del informe identifican como fortaleza el hecho de que los profesores cuenten con infraestructura tecnológica para poder impartir clases en línea. Es decir, ocho de cada 10 expresó tener equipo de cómputo, periféricos, conexión a Internet y software; e igual número dijo haber adquirido competencias necesarias para dar clases en línea.
Además, se cuenta con una plataforma de gestor de aprendizaje Eminus robusta, cuya aceptación es muy favorable por parte de los profesores y de los estudiantes (prácticamente nueve de cada 10 hacen uso de ella).
Como oportunidad, destaca la necesidad de poder transitar paulatinamente a la educación en línea, no desde cada programa educativo, sino a partir de experiencias que puedan impartirse bajo esta modalidad, lo cual reduciría la presencia física en los espacios educativos.
El estudio también demostró que la UV no ha realizado un verdadero diagnóstico sobre los profesores y estudiantes que pueden trabajar en modalidad virtual. En este caso, se partiría del entendido de que no todos los profesores ni estudiantes son aptos para la educación en línea.
Como una debilidad se identifica el hecho de que a raíz de esta situación se expuso a los profesores a dar clases en línea sin una planeación correcta en cuanto al diseño instruccional.
A ello se sumaron las carencias en el ámbito tecnológico de los estudiantes, pues pudo apreciarse que un porcentaje muy bajo está dispuesto a poder estudiar en un futuro experiencias educativas en línea. Por esta razón, deberá capacitarse tanto a los profesores como a los alumnos para poder transitar hacia la educación virtual.
No obstante, es reconocible el esfuerzo y dedicación de ambos ya que, sin contar con las herramientas adecuadas, están en proceso de concluir el semestre de forma satisfactoria.
Ante la amenaza en puerta de que la pandemia no pueda resolverse en un corto plazo, el estudio resalta que esto traería consigo problemas significativos, pues un número importante de estudiantes mencionó que los ingresos de sus familias han disminuido y se han vistos afectados. Además, seis de cada 10 han tenido malestares de tipo emocional.
Por tal motivo, dijo, es momento de hacer una planeación académica, contar con una modalidad en línea y presencial para bajar los índices de movilidad en las facultades y evitar todo tipo de riesgo de la comunidad académica y estudiantil.
Gazca Herrera señaló que con esta investigación la UV contribuye a la generación de elementos confiables que le permitan realizar una planeación a corto plazo, aunque es importante estar pendientes del comportamiento de la pandemia en un contexto internacional, nacional, estatal y local.
Por otra parte, este diagnóstico aporta información transparente y de gran utilidad a la comunidad universitaria para desarrollar otros estudios que apoyen el diseño de políticas institucionales en beneficio del entorno social en el que se desenvuelve la máxima casa de estudios.
“Reiteramos que posterior a esta pandemia regresaremos a una realidad completamente distinta a la de hace unos meses, debemos estar preparados para los nuevos enfoques de un aprendizaje en línea, de no hacerlo estaríamos rezagados ante este nuevo contexto.”