Yolanda Méndez Grajales es profesora de tiempo completo de la Facultad de Enfermería de la Universidad Veracruzana (UV), donde lleva a cabo labores de docencia, tutoría, gestión e investigación.
La catedrática, quien pertenece al núcleo académico básico de la Maestría en Enfermería de la UV, cuenta con una vasta producción de artículos científicos y es asidua asistente a congresos nacionales del rubro.
En entrevista a Universo, habló de la fuerte vocación que deben tener los profesionistas que ejercen la Enfermería, así como del papel que juegan en medio de la pandemia de Covid-19 que padece México.
Enfermeros, siempre presentes
Yolanda Méndez aseguró que el personal de enfermería es el único integrante de los servicios de salud que se encuentra ubicado en los tres niveles de atención hospitalaria, y que trabaja las 24 horas de los 365 días del año al lado del paciente.
Afirmó que en los eventos preventivos es un personaje que nunca falta y siempre participa, y que durante la pandemia de Covid-19 esto no ha sido la excepción; en estos días los enfermeros han promocionado las medidas precautorias que todos conocemos, como la importancia de quedarse en casa, de evitar lugares concurridos y del uso de cubrebocas.
En el segundo y tercer nivel, que abarcan la hospitalización de urgencias y de alta especialidad, respectivamente, el personal de enfermería es con quien las personas tienen el primer contacto.
Comentó que dentro de esta pandemia, la mayoría de los pacientes sospechosos de Covid-19 son canalizados a los servicios de terapia intensiva, en el que los enfermeros se encuentran presentes y realizan diversas actividades; aplican a los pacientes críticos planes especializados, los monitorean las 24 horas del día, les implementan procedimientos invasivos y les brindan apoyo farmacológico diario.
Equipo de protección, generador de ansiedad y estrés
La catedrática mencionó que en estos días en que la labor de los profesionales de la enfermería se ha intensificado, el riesgo de contagio de Covid-19 les obliga a usar un equipo de protección, independientemente de las labores que llevan a cabo.
“Los procedimientos que en ocasiones se realizan con los pacientes pueden ser generadores de infección, por lo que para ellos es indispensable el uso de equipo de protección”, puntualizó.
Relató que esto les provoca ansiedad y estrés, porque deben usarlo por un tiempo que se prolonga hasta ocho horas, durante el que no pueden tomar agua ni acudir al baño, ya que para retirarse este equipo deben seguir un protocolo muy estricto vigilados por una autoridad, lo que les quita mucho tiempo.
Comentó que mientras muchas personas sienten que se ahogan tan sólo al usar un cubrebocas, el equipo de protección de los profesionales de enfermería da una sensación de confinamiento y encierro, obliga a inhalar dióxido de carbono, lo que le provoca a quien lo utiliza dolor de cabeza al terminar su jornada laboral.
Aunado a esto, las gafas de seguridad que incluye este equipo en ocasiones se empañan y dificultan la visibilidad, por lo que se debe hacer un gran esfuerzo para sacar adelante el trabajo.
“Es común ver enfermeros con marcas en la cara al salir de su jornada laboral, que son ocasionadas por el equipo de protección”, aseguró.
Poco reconocimiento de la sociedad
La académica declaró que la falta de información ha hecho que el profesional de enfermería arrastre ciertos estigmas que ocasionan que no tenga el reconocimiento social que merece, aunque para formarse haya debido cursar una carrera universitaria igual de válida que todas las que existen.
Explicó que si bien en sus orígenes la enfermería nació en apoyo al gremio de la medicina, a través del tiempo ha logrado delimitar muy bien sus funciones, que desarrolla a través de un trabajo en equipo por el bien de los pacientes.
“La sociedad aún no ha podido independizar a los enfermeros de la disciplina de la medicina y los relega a una segunda posición cuando los protagonismos deben ser iguales; si bien existe un profesional de la salud que realiza un diagnóstico y prescribe un tratamiento, es gracias al personal de enfermería que éste se lleva a cabo”, enfatizó.
Mencionó que algunos medios de comunicación muestran al profesional de enfermería representado por una mujer, y como aquel que se encuentra junto al paciente, revisa la solución salina e ignora todo lo demás, lo que ha ocasionado que las personas piensen que la labor de los enfermeros se restringe a tomar signos vitales y aplicar medicamentos.
Enunció que esto se encuentra muy alejado de la realidad, ya que los enfermeros son los encargados de un sinnúmero de actividades fundamentales, entre las que se encuentran implementar procedimientos invasivos en los pacientes y realizar diagnósticos que identifiquen las necesidades del enfermo para realizar una adecuada planeación y ejecución de cuidados.
Añadió que en cuanto al género, cada vez más varones se insertan a la enfermería, ya que es una profesión incluyente.
Comentó que cualquier persona que se ha encontrado hospitalizada o ha visitado un centro de salud, se ha percatado de quién es el personal que está al pendiente del paciente, de su dieta, limpieza y horario en que debe tomar los medicamentos.
“Gracias a la excelente labor de los enfermeros, que está basada en un conocimiento científico, es que los pacientes pueden recuperarse”, afirmó.
Vocación indispensable
La académica enfatizó que para dedicarse a la enfermería es necesario contar con una vocación total hacia ella. Comentó que muchos estudiantes creen que la licenciatura en esta disciplina es una carrera universitaria corta y fácil, por lo que deben replantearse esa idea.
Declaró que si alguien decide estudiar Enfermería por querer ayudar y contribuir al cuidado de la salud de la población, está en el lugar indicado, y que si por el contrario lo hace porque tiene un trabajo seguro al egresar, aún tiene la oportunidad de cambiar de carrera, lo que no representa ningún fracaso, sino una oportunidad para dedicarse a aquello que le gusta hacer.
“Una persona a la que no le guste la enfermería podrá terminar una carrera universitaria en esta disciplina, pero al pasar al ámbito laboral carecerá de vocación y espíritu de servicio”, manifestó.
UV brinda formación integral a enfermeros
Yolanda Méndez compartió que el programa de estudios de la Licenciatura en Enfermería de la UV está basado en el Modelo Educativo Integral y Flexible de esta casa de estudios, y atiende igualmente tanto los conocimientos como las habilidades y aptitudes de los estudiantes.
Ejemplificó que para aplicar una inyección, un enfermero debe tener conocimientos teóricos de los planos anatómicos para hacerlo en el lugar adecuado, sin generar una lesión en el músculo o piel del paciente.
Agregó que igualmente debe contar con la habilidad para realizar una buena técnica al momento de aplicar la inyección, además de ganarse el respeto del paciente al momento de explicarle el procedimiento a seguir.
“En cada acción que la enfermería realiza permean el conocimiento, las habilidades y las aptitudes”, aseguró.
Antes que profesionistas, seres humanos
Yolanda Méndez enunció que antes que profesionistas los enfermeros son seres humanos que tienen miedo de contagiarse a ellos y a sus familiares, y que mientras la población tiene miedo a contraer el Covid-19 tan sólo al salir a la calle, ellos viven el día a día con este riesgo en su entorno laboral.
Declaró que cuando concluya la pandemia de esta enfermedad, los profesionales de enfermería tienen que estar en las primeras filas de personas a las que se debe agradecer por haberla superado.
Mencionó que todos los integrantes del equipo de salud merecen un amplio reconocimiento de la sociedad, pero que muchas veces éste no se nota en el personal de enfermería, y que por el contrario, por falta de información en ocasiones se agrede a los enfermeros que lo único que merecen es un amplio reconocimiento, ya que gracias a su labor se mantiene la salud de la población.
“Es importante reflexionar y analizar qué pasaría si una institución de salud se queda tan sólo unas horas sin enfermeros, y con ello entenderemos la vital importancia de estos profesionistas”, concluyó.
Por: Carlos Hugo Hermida Rosales