- De ello da cuenta el monumento Bloque de Cascajal, explicó Joshua Englehardt, del Centro de Estudios Arqueológicos de El Colegio de Michoacán
- Mesoamérica es uno de los seis lugares en el mundo donde se inventó la escritura de manera independiente
Karina de la Paz Reyes Díaz.
Para Joshua Englehardt, investigador del Centro de Estudios Arqueológicos de El Colegio de Michoacán, no hay duda de la autenticidad del monumento olmeca Bloque de Cascajal, cuyas inscripciones son la escritura más antigua de Mesoamérica.
El 11 de junio, en la tercera sesión del Webinario Internacional de Arqueología (WIA), organizado por la Universidad Veracruzana (UV), a través del cuerpo académico (CA) Arqueología del Paisaje y Cosmovisión, Englehardt impartió la conferencia “Del Cascajal a Tenochtitlan. Los orígenes y desarrollo de la escritura en Mesoamérica”, que elaboró con Michael D. Carrasco, de la Universidad del Estado de Florida.
El conferencista destacó que Mesoamérica es uno de los seis lugares en el mundo donde se inventó la escritura de manera independiente, junto con China, el Valle del Indo, Mesopotamia, el Valle del Nilo y Los Andes.
Para Mesoamérica, precisó, la invención de la escritura está registrada en el año 950 a.C. A partir de entonces se desarrolló una gran diversidad de sistemas, algunos de los cuales alcanzaron un alto grado de sofisticación, como el maya, el zapoteca y el azteca, por mencionar algunos.
“Alrededor del 950 a.C. se rompió con este marco interpretativo, como es evidente en este objeto, el famoso Bloque del Cascajal, que efectivamente es el texto más antiguo de todo el Nuevo Mundo.
”Esta piedra serpentina tiene un texto de 62 muestras y, en contraste con los ejemplos anteriores, los signos están divorciados de marcos composicionales más amplios, ya que no se puede sostener o interpretar el significado del mensaje visual presentado en el objeto sólo con base en convenciones iconográficas establecidas.”
Durante su exposición, presentó evidencias de que muchos de dichos sistemas compartían rasgos formales; asimismo, habló de la diferencia entre la iconografía y la lingüística.
Detalló también lo referente a los préstamos convencionales, como la voluta del habla, la cual está presente en varias tradiciones mesoamericanas, desde el periodo formativo.
Englehardt y Carrasco explican tal escritura a partir de un proceso de extracción, re-contextualización y codificación lingüística; es decir, la abstracción y transformación del referente iconográfico, una modificación del mensaje visual y una reinterpretación del significado.
“El Bloque de Cascajal ha apoyado la idea de que la escritura mesoamericana se desarrolló a partir de un sistema ancestral del periodo formativo. El divorcio de elementos iconográficos de estos contextos normativos –evidente en el bloque– nos ofrece perspicacia y nuevas ideas sobre el origen, desarrollo y diversificación por dos mil años de la escritura en la Mesoamérica antigua.”
Cabe destacar que en calidad de comentaristas participaron Lourdes Budar Jiménez, organizadora del WIA y directora de la Universidad Veracruzana Intercultural, y David Mora-Marín, de la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos.
Las sesiones completas del WIA están disponibles en la página de Facebook WIA.UV, donde también se realiza el registro para las próximas conferencias.
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