María Cristina Mac Swiney González, del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana (UV), declaró que las acciones del hombre y no los murciélagos fueron las detonantes de la pandemia de Covid-19 que ha causado millones de contagios y miles de muertes en todo el mundo.
“El comercio ilegal de flora y fauna, la caza furtiva, la tala inmoderada, la urbanización no planeada y los incendios deliberados, entre otros actos, potencian que este tipo de enfermedades encuentren un nicho y una oportunidad de surgir”, enfatizó.
La investigadora impartió el 12 de junio la conferencia virtual “Murciélagos y Covid-19: mitos y realidades”, dentro de las “Tardes de Ciencia” organizadas por la Dirección General de Investigaciones de la UV.
Cristina Mac Swiney mencionó que a los murciélagos se les ha acusado en muchas ocasiones de ser causantes de un gran número de males y enfermedades como la rabia, sin que esto tenga un fundamento real.
“Si bien los murciélagos son susceptibles de tener parásitos como todos los seres vivos, rara vez llegan a infectar a los humanos”, aseguró.
Explicó que aunque la familia Rhinolophidae –que abarca un centenar de especies de murciélagos– tiene una larga historia evolutiva con los coronavirus, la mayoría de éstos no puede infectar a las células humanas.
Enunció que aún estamos lejos de conocer el camino que el Covid-19 siguió para entrar en contacto con el hombre y llegar a afectar su sistema respiratorio, y que esta información sólo se obtendrá tiempo después de que la pandemia disminuya.
La investigadora enfatizó que al contrario de causar daños, los murciélagos brindan una cantidad enorme de beneficios tanto al planeta como a la especie humana.
Detalló que este orden de mamíferos, que comprende alrededor de mil 400 especies, tiene una gran diversidad de hábitos alimentarios, además de una distribución muy amplia.
Compartió que algunos murciélagos frugívoros vuelan cada noche hasta 50 kilómetros para comer, y que los que ingieren polen fecundan alrededor de mil especies de plantas neotropicales, por lo que juegan un gran papel en la regeneración de selvas.
Afirmó que los murciélagos insectívoros son capaces de alimentarse de hasta la mitad de su peso total cada noche, lo que los convierte en excelentes controladores de plagas, algunas de ellas dañinas para la agricultura, como la polilla del maíz.
“Incluso estos murciélagos son grandes depredadores de mosquitos, insectos transmisores de distintas enfermedades como dengue, Zika y paludismo, entre otras”, puntualizó.
Cristina Mac Swiney comentó que los murciélagos enfrentan muchas amenazas, y que si bien la sociedad en general no tiene a su alcance controlar algunas de ellas, sí puede tomar acción para erradicar otras como el vandalismo y la depredación.
“En diversos países algunas colonias de murciélagos fueron atacadas por miedo al Covid-19, y las especies afectadas no tenían ninguna relación con esta enfermedad”, mencionó.
La investigadora enfatizó que es fundamental proteger a todos los murciélagos, ya que desempeñan un papel esencial en el ecosistema, y mientras más biodiverso sea un ambiente hay menos probabilidad de que enfermedades como el Covid-19 aparezcan y tengan oportunidad de propagarse.
Por: Carlos Hugo Hermida Rosales