En el Primer Encuentro Egresados del Doctorado en Historia y Estudios Regionales se abordó el tema en diversos contextos,
Participaron integrantes de varias generaciones del posgrado, adscrito al Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la UV,
Egresados y académicos del Doctorado en Historia y Estudios Regionales se reunieron virtualmente.
David Sandoval Rodríguez.
La relación entre los actores del poder y los periodistas ha estado marcada por una tensión que pone en riesgo la integridad de los trabajadores de prensa, expusieron los participantes en la Mesa “Periodismo y violencia” del Primer Encuentro Egresados del Doctorado en Historia y Estudios Regionales (DHER) de la Universidad Veracruzana (UV).
Al inaugurar formalmente las actividades a través de videoconferencia, Filiberta Gómez Cruz, directora del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIHS), señaló que “en este primer encuentro nos ha tocado incorporarnos al desarrollo de actividades que fortalezcan nuestro quehacer con herramientas de la era digital”.
Agradeció a los organizadores por esta oportuna iniciativa para reunir a los egresados de este posgrado de excelencia, que al día de hoy se sitúan en el quehacer académico en instituciones de varias regiones del país y el extranjero. “Este intercambio marcará el camino a seguir, de modo que participen todas las generaciones”, afirmó.
Por parte del comité organizador habló el egresado Felipe Bustos González, quien destacó la posibilidad de haber reunido egresados de varias generaciones del doctorado, “un legado para ir construyendo nuestras investigaciones” que permite conocer en qué han avanzado.
Asimismo, Óscar Fernando López Meraz lo calificó como “un ejercicio que esperamos sistematizar y realizar en mejores condiciones, para tener de manera recurrente este tipo de encuentros y que se sumen más egresados a la iniciativa”.
Luis García Ruiz, académico coordinador del DHER, comentó que el posgrado suma nueve generaciones y está próximo a cumplir 25 años, mientras que en el evento –que abarcará los días 25 y 26 de junio– están representadas varias generaciones.
Guadalupe H. Mar, José Luis Cerdán y Eduardo Gabriel Barrios expusieron el trabajo “Violencia y precariedad laboral entre los periodistas del estado de Veracruz”, producto de su trabajo como académicos al interior de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UV.
Mediante un estudio agrupado en ocho regiones de la entidad buscaron identificar las condiciones generales de trabajo de los periodistas y se incluyó los niveles de satisfacción laboral aplicando un cuestionario a 154 periodistas, 65 de ellos mujeres.
Luis García destacó la presencia en el evento de integrantes de nueve generaciones del posgrado
“Observamos que en la situación laboral de los periodistas se ha adoptado un modelo de alta transitoriedad, definido como un trabajador sin garantías laborales ni condiciones socioeconómicas mínimas para su subsistencia”, planteó la profesora Mar.
Recalcó que en el país y en el estado no se han generado las condiciones idóneas para la profesionalización de los periodistas.
“Al 96 por ciento de los reporteros no se les paga horas extras, más del 46 por ciento gana entre tres y cinco mil pesos mensuales y muchos de ellos laboran en más de una empresa, incluso necesitan hasta tres empleos para subsistir”, agregó.
Concluyeron que existe una precarización generalizada del trabajo periodístico en medio de un contexto de violencia creciente en la entidad.
En el mismo sentido, Felipe Bustos presentó “Visualización territorial de la violencia contra periodistas”, que abarcó un lapso de observación de noticias de febrero de 2004 a agosto de 2016, combinando la elaboración de mapas con la observación.
Abordó un enfoque tanto cuantitativo como cualitativo, recorriendo el estado para entrevistar a los periodistas. “Vemos un mapa como la concepción de un discurso en el que se registra la memoria de la violencia y el trauma colectivo”, dijo.
“Es un gremio muy frágil que puede ser alcanzado fácilmente por la violencia y lo que me impulsa a ilustrarlo es que las instituciones de defensa llegan a desestimar e incluso persiguen a los periodistas y sus resultados institucionales sólo están ilustrados en números.”
Remarcó que la mayoría de las fuentes de violencia han sido policías y sobre todo presidentes municipales.
Guadalupe Mar presentó un trabajo sobre las condiciones de violencia contra periodistas veracruzanos
Su registro cuenta 108 casos de violencia hacia periodistas de 2004 a 2015, en el que se suman un total de 152 episodios de violencia a nivel individual. “Es un estudio sobre Veracruz, pero los límites de facto de esta violencia se extienden más allá, hasta Oaxaca y la Ciudad de México”.
Expresó su interés en hacer una compilación de las denuncias más allá de la perspectiva que ofrecen los periódicos y planteó el concepto de “violencia compuesta” para entender que son varias acciones combinadas las que pueden sufrir los periodistas, como el robo o daño de su equipo y amenazas a sus familias y la precariedad laboral.
Por su parte, Jorge Mario Álvarez presentó “El manifiesto anticomunista de Abelardo L. Rodríguez y su repercusión en la prensa estatal y nacional”, en el que relató que la oposición al proyecto de nación impulsado por Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán Valdés.
Tales administraciones se beneficiaron del sector empresarial con concesiones y exenciones económicas, dado que, por su cercanía con Estados Unidos, los empresarios extranjeros les demandaron detener los cambios radicales generados durante el cardenismo.
Para contener el descontento, el gobierno utilizó a la prensa, “donde el discurso anticardenista y anticomunista alcanzó toda su estridencia”, dijo.
En tal sentido, Abelardo L. Rodríguez creó cuatro grupos para enfrentar el anticomunismo en Sonora durante su gubernatura, realizando una campaña política, social y cultural para mermar la presencia de los grupos de oposición a través de la prensa.
Finalmente, Claudia Marcela Castillo, egresada colombiana, presentó “Significaciones imaginarias sociales del paramilitarismo en Bogotá (localidad de Kennedy) 1990-2005”. Dijo que el tema del paramilitarismo en Colombia está presente en casi todas las producciones en ciencias sociales y en su formación en posgrado también lo abordó.
Detalló cómo en el doctorado lo investigó desde el enfoque de los imaginarios sociales y la teoría de Cornelius Castoriadis, pero reconoció que “es al mismo tiempo un acto tan enigmático y tan real para Colombia, como el paramilitarismo y la ciudad de Bogotá, se ha convertido en el centro de los estragos del país”.