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Universidad Veracruzana

Evaristo Ovando Ramírez, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, afirmó que la pandemia de Covid-19 modificará de manera significativa los hábitos alimenticios a nivel mundial, principalmente los de la población con escasos recursos. 

El ingeniero agrónomo impartió el 30 de junio la charla virtual “Seguridad alimentaria postcovid-19”, dentro de las Tardes de Ciencia organizadas por la Dirección General de Investigaciones (DGI) de la Universidad Veracruzana (UV). 

Ovando Ramírez explicó que de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), la seguridad alimentaria se consigue cuando todas las personas en cualquier momento tienen acceso físico y económico a suficiente alimento seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades y preferencias con el objetivo de llevar una vida activa y sana.  

Los pilares de la seguridad alimentaria son el consumo, la utilización biológica, la disponibilidad y el acceso”, puntualizó.  

Declaró que la pandemia de Covid-19 ha afectado la distribución de alimentos a nivel global, ya que hay menos personas disponibles para su producción y empaque, y el traslado de ellos, así como sus puntos de venta, son un potencial vector de transporte de la enfermedad. 

Compartió que según la firma especializada Messidor (un despacho de consultoría encabezado por el economista Leonel Ramírez), los productores primarios de alimentos afrontan la pandemia de Covid-19 con efectos diferenciados. 

Mientras los productores de básicos como maíz, arroz, frijol y trigo sortean con relativo éxito el paro económico, los de frutas y hortalizas tienen mayores dificultades; en el sector pecuario los comerciantes de leche y huevo presentan menos afectaciones que los de pollo, cerdo y res; por su parte, la industria de alimentos procesados obtiene ganancias en el corto plazo. 

Puntualizó que este panorama cambiará en el segundo semestre de 2020, ya que la caída de ingresos en los hogares producto del desempleo afectará a toda la cadena de agronegocios del sector primario.  

“La demanda de alimentos en los países más pobres está vinculada a los ingresos, y en este caso la pérdida de oportunidades laborales puede repercutir en el consumo”, manifestó.  

El ingeniero agrónomo comentó que aunque al inicio del brote de Covid-19 ocurrió un aumento significativo en la demanda de alimentos, ésta es un poco elástica y el efecto de la enfermedad será notable en los hábitos alimenticios, y los modificará en gran medida. 

Comentó que existe la posibilidad de que se produzca una disminución en el consumo de carne, como resultado de temores –sin base científica– a que los animales pueden ser huéspedes del virus. 

Asimismo, dijo que es indispensable que las autoridades de distintos niveles de gobierno apoyen con despensas a los sectores de la población menos favorecidos, y que fortalezcan las cadenas productivas. 

Además, deben proteger los mecanismos de distribución, brindar auxilio a las empresas y fomentar la práctica de agricultura familiar entre la sociedad.